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UNIVERSIDAD DE CHILE FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES ESCUELA DE POSTGRADO CUERPOS EN MOVIMIENTO Circulación y generación de conocimientos en torno a la ejercitación de los cuerpos. Santiago de Chile, 1880-1931. Tesis para optar al grado de Magister en Historia FELIPE MARTÍNEZ FERNÁNDEZ Profesor Guía: Carlos Sanhueza Cerda Co-Tutor: Pablo Scharagrodsky Santiago de Chile, 2015 CUERPOS EN MOVIMIENTO Circulación y generación de conocimientos en torno a la ejercitación de los cuerpos. Santiago de Chile, 1880-1931. RESUMEN Nombre de Alumno: Felipe Martínez Fernández Profesor Guía: Carlos Sanhueza Cerda Co tutor Tesis: Pablo Scharagrodsky Tesis para optar al grado de Magister en Historia Cuerpos en Movimiento. Circulación y generación de conocimientos en torno a la ejercitación de los cuerpos. Santiago de Chile, 1880-1931. En Santiago, desde los comienzos de la década de 1880 hasta los principios de 1931, una serie de agentes e instituciones provenientes de ámbitos educativos, médicos, y políticos comenzarían a convergir en la construcción de un incipiente campo de saberes y prácticas en torno a cuerpos que debía estar en constante “movimiento”. Si bien, la escuela apareció en primera instancia como el espacio para la implementación y difusión de la ejercitación, durante el transcurso de las primeras décadas del siglo XX todo un conjunto de redes interactuantes como asociaciones gimnásticas, científicas, instituciones pedagógicas, políticas, comisiones públicas o numerosos espacios periodísticos y publicitarios, contribuyeron a legitimar sus condiciones higiénicas, regeneradoras y vigorizantes, requisitos que se reclamaban como necesarios para una vida que se apreciaba de moderna y sana. Por lo que las preguntas que guían a esta investigación son: ¿qué tipo de prácticas en torno a la ejercitación de los cuerpos fueron las que existieron en Santiago entre 1880 a 1931? ¿Cómo fueron puestas en circulación, apropiación e interacción con diferentes teorías y ámbitos específicos del saber, como métodos, ideales, valores, bases materiales, e intereses particulares? iii AGRADECIMIENTOS En primer término agradezco al director de mi tesis, Carlos Sanhueza, por el saber, experiencia y tiempo dedicado. De igual manera, agradezco muy especialmente a Pablo Scharagrodsky, co-tutor de mi tesis, quién desde un principio se preocupó por alentarme y apoyarme en la investigación. Es y continúa siendo una fuente de inspiración como modelo intelectual. También agradezco a la Fundación Volcán Calbuco, la que través de su beca de estudio pudo hacer posible mi estadía como estudiante del magister. Mis profundos agradecimientos a Shunsuke Matsuo y Pedro Acuña, quienes a la distancia, se dieron el tiempo por leer y revisar la investigación, además de aportar con sus críticos e interesantes comentarios. A los diferentes compañeros de trabajo, del magister y de la vida que en algún momento se cruzaron y pude compartir con ellos. A mis padres Jorge y Clara, y así como la de mis hermanos Daniel y Violeta, por el cariño, aportes y paciencia brindada. A Nadia, por su apoyo y amor. iv “El pasado no es sólo un legado; también es un proyecto” [Arif Dirlik, 2005] v ÍNDICE DE CONTENIDOS Página vii viii Lista de imágenes Lista de abreviaciones Introducción 1 1 ¡EJERCITARSE ES SALUD! CIENCIA, MEDICINA Y CONSUMO Construyendo un cuerpo fuerte y sano Fatiga y sedentarismo Entrenamientos, manuales y artefactos: el ejercicio al alcance de todos 2 ESPECIALISTAS, SABERES Y PRÁCTICAS EN LA EDUCACION FISICA CHILENA (1880-1927) De los batallones escolares a la gimnasia pedagógica Fabricar un oficio: el Instituto de Educación Física Grupos profesionales y la educación física Joaquín Cabezas: entre la disputa, la consolidación y la controversia 10 11 15 20 27 28 33 38 43 3 MÁQUINAS GIMNÁSTICAS, DISPOSITIVOS TERAPÉUTICOS: LOS MODELOS DE LA ANTROPOMETRÍA Y KINESIOTERAPIA 48 “Debemos reconocer el cuerpo del niño chileno…” Leotardo Matus y la antropometría Del Dr. Zander al Instituto de Kinesioterapia 49 56 4 ¡HAGAMOS BUENOS GIMNASTAS Y TENDREMOS BUENOS CIUDADANOS! CARLOS IBAÑEZ DEL CAMPO Y LA EDUCACIÓN FÍSICA (1927-1931) El primer año, el primer comienzo La Dirección General de Educación Física 63 64 69 Conclusiones 77 82 Bibliografía vi LISTA DE IMÁGENES Imagen 1 Página “Únicos agentes de los aparatos de fuerza de Sandow” de La Nueva Librería Inglesa 25 Imagen 2 “Los Aparatos Sandow´s” de Gath & Chaves 25 Imagen 3 Toracómetro de Demeny 53 Imagen 4 Espirómetro de Barnes 53 Imagen 5 Dinamómetro de Collin 53 Imagen 6 “El Instituto médico mecánico de jimnástica y masaje”, bajo el sistema del Dr. Zander 58 Imagen 7 Plano de la fachada de la Piscina Escolar 73 Imagen 8 Plano de construcción de la Piscina Escolar 73 vii LISTA DE ABREVIACIONES AET Asociación Escolar de Tiro ANE Asociación Nacional de Educación ARNADME Archivo Nacional de la Administración, Fondo del Ministerio de Educación BNC Biblioteca Nacional de Chile BCNC Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. CGC Club de Gimnasia Científica CNEF Comisión Nacional de Educación Física CDC Confederación Deportiva de Chile CSEF Consejo Superior de Educación Física CSEFM Consejo Superior de Educación Física y Moral DEF Departamento de Educación Física DT Deustcher Turnverein DGEF Dirección General de Educación Física DGDEFM Dirección General de Deportes, Educación Física y Moral EEF Escuela de Educación Física FSN Federación Sportiva Nacional IEF Instituto de Educación Física IMMJM Instituto Médico Mecánico de Jimnástico y de Masaje IK Instituto de Kinesioterapia IT Instituto de Traumatología LCEF Liga Chilena de Educación Física LCHS Liga Chilena de Higiene Social SIP Sociedad de Instrucción Primaria UPEF Unión de Profesores de Educación Física viii INTRODUCCIÓN En Santiago de Chile, desde los comienzos de la década de 1880 hasta los principios de 1931, una serie de agentes e instituciones provenientes de ámbitos educativos, médicos, y políticos comenzarían a convergir en la construcción de un incipiente campo de saberes y prácticas en torno a cuerpos que debía estar en constante “movimiento”. A través de un novedoso tratamiento físico que pensaba en la necesidad de ejercitar de los cuerpos, numerosas y variadas razones posibilitaron su emergencia: en conocer la morfología general del cuerpo humano y sus efectos en las diferentes funciones y sistemas; en la cuantificación de las posiciones; en los conocimientos básicos sobre las mediciones corporales; en su organización como asignatura pedagógica; o en el reconocimiento del material adecuado para realizar clases, todos estos aspectos estimularon el surgimiento no solo de investigaciones y de diversas definiciones conceptuales sobre cómo hacer ejercicio sino también de agentes e instituciones especializadas en su conocimiento. En opinión de maestros, educadores, salubristas, médicos y reformadores sociales el hábito del ejercicio gimnástico, se enmendaría como un problema educativo, imprescindible de toda reforma pedagógica que preciara la formación intelectual y moral; o a modo de problema de salud, inscritas ante una serie de perturbaciones llamadas como “enfermedades sociales”, ya sea en el alcoholismo, la tuberculosis o la sífilis, por lo que su práctica debía ser regulada de la forma más científica posible. Si bien, la escuela apareció en primera instancia como el espacio para la implementación y difusión de la ejercitación, durante el transcurso de las primeras décadas del siglo XX ningún actor asocial osó en rechazar sus benéficas cualidades. Todo un conjunto de redes interactuantes como asociaciones gimnásticas privadas, instituciones deportivas locales, comisiones y comités públicos fueron constituidas para gestionar, difundir, y reglamentar los diversos códigos, estatutos, normativas, procedimientos y protocolos para su puesta en 1 acción. Por otro lado, el hecho de que hacia la década de 1920 numerosos espacios periodísticos en conjunto con el auge publicitario la hicieron noticia recurrente en sus portadas, reportajes y avisos comerciales, evidenciaron los intereses que existieron detrás de su práctica en los distintos y emergentes sectores de la población. Preocupados por el frenético ritmo urbano que imponía el rápido crecimiento demográfico de Santiago, y sus consecuencias sobre las condiciones de salud de la población, en sus páginas los diversos especialistas y columnistas comenzaron a criticar una inusitada tendencia que se observaba en empleados, oficinistas, trabajadores y obreros en torno al sedentarismo y la obesidad, factores que comenzaron a ser identificados como potenciales riesgos para la salud, las que por medio de una actividad física masiva y pedagógicamente encaminada, no solo tonificaría los cuerpos, sino que difundiría los valores necesarios para el fortalecimiento de una raza que se encontraba en decadencia tanto física como moral. Así, al comenzar la década de 1930, la difusión popular de textos, gimnasios privados e institutos de kinesioterapia, y de equipamientos que prometían mejorar los hábitos posturales del cuerpo, contribuyeron a fundamentar las condiciones higiénicas, regeneradoras y vigorizantes del ejercicio, requisitos necesarios para una vida que se apreciase moderna y sana. Dicha constitución no fue un hecho aislado, sino que se potenció como parte de un fuerte proceso de globalización, intercambio, apropiación y normalización de las prácticas corporales a partir de diferentes bases “científicas” y “racionales”. Descritos como universales, desde fines del siglo XIX muchos países de occidente, incluyendo a Chile, participaron de la producción y transmisión internacional de saberes vinculados con sistemas de ejercicios, gimnasia y de educación física, transformándolos en prácticas locales, con existencias situadas y mutables. En este proceso, la ejercitación se instaló como parte importante de la creciente vida colectiva de los países, en constante interacción con los modelos políticos, culturales y educativos surgidos durante el último siglo. 2 Pese a su centralidad e incidencia en temáticas actuales como la salud, el ocio, el consumo, la estética corporal o la educación, la historiografía chilena no ha abordado mayormente su expresión1. Solamente en los últimos años las diferentes pesquisas históricas han mostrado un interés por incorporarla como temática de estudio2. Durante las últimas décadas, las investigaciones histórico-sociológicas de Norbert Elias, Eric Dunning y Pierre Bourdieu produjeron una reorientación fundamental de los estudios sobre las diferentes formas de actividad física como elementos centrales de los procesos de modernización de las sociedades occidentales3. Estos enfoques se complementaron con los trabajos de George Mosse y James A. Mangan sobre la afirmación, hacia las décadas finales del siglo XIX, de un tipo ideal de ciudadano saludable y virtuoso, reverso del morador urbano físicamente débil y políticamente peligroso4. Ver: GUTIÉRREZ, Sofanor, Los institutos de educación física y su organización. Anales de la Universidad de Chile. 9 (3): 209 -254, 1933; REED, Carlos. El estado, la educación física y los deportes. Santiago, Impr. América, 1941. 102 p; MELKONIAN, Enrique. Intervención del Estado chileno en materia de educación física. Santiago, Impr. Yáñez Hnos, 1943. 147 p; SALAS, Rosauro y BRAVO, Jorge. Physical Education in Chile. Journal of Health and Physical Education, 19 (7): 478-511, 1948; RUIZ URBINA, Antonio. Bosquejo histórico del Instituto de Educación Física y Técnica de la Universidad de Chile. Santiago, El Instituto, 1956. 75 p; MUÑOZ Funck, Cristián. Historia de la dirección general de deportes y recreación. Las políticas estatales de fomento al deporte, 1948-2001. Santiago, DIGEDER, 2001. 216 p; GUARDA, Sergio. Historia del Instituto de Educación Física. Revista de Educación Física, 265 (1): 13-24, 2006; GUARDA, Sergio. Historia de la Revista de Educación Física. Revista de Educación Física, 265 (1): 41-45, 2006. 2 Ver: MARTÍNEZ, Felipe. Hacia una pedagogía del cuerpo: la Educación Física en Chile. 1889 1920. Ágora para la educación física y el deporte, 14 (3): 320-331, 2012; SILVA, Josefina y CONCHA, Alejandra. La fuerza de la Patria: educación física y ritos cívicos, En: SERRANO, Sol; PONCÉ DE LEON, Macarena y RENGIFO, Francisca (Eds.). Historia de la Educación en Chile (1810-2010), Tomo II. Santiago Taurus, 2012. pp. 225-251; POBLETE, Carolina. Una construcción del conocimiento histórico de la Educación Física en Chile. Una mirada a la primera revista latinoamericana en la especialidad durante los años comprendidos entre 1934 y 1962. Tesis de Doctorado en Ciencias de la Educación. España, Universidad de Granada, 2013. 412 p; DURAN, Manuel. Género, cuerpo, gimnasia y sexualidad en los manuales educacionales higienistas y eugenésicos en Chile, 1870-1938. Revista de Historia Social de las Mentalidades, 18 (1): 35-58, 2014. 3 Ver: ELIAS, Norbert y DUNNING, Eric. Deporte y ocio en el proceso de civilización. Madrid, Fondo de Cultura Económica, 1992. 452 p; BOURDIEU, Pierre. Sport and social class. Social Science Information 17(6): 819-840, 1978. 4 Ver: MANGAN, James A: Making European Masculinities. London, Frank Cass Publishers, 2000. 201 p; Sport, Europe: War without weapons. London, Frank Cass Publishers, 2003. 240 p; MOSSE, George. La imagen del hombre: la creación de la masculinidad moderna. Madrid, Talasa Ediciones, 2000. 256 p. 1 3 En el contexto internacional, ha existido una prolífica y muy variada producción que ha reconocido, a partir de objetos y matrices teóricas diferentes, el papel de la ejercitación como objeto de estudio5. En un primer lugar, existe un conjunto de trabajos que ponen en evidencia el surgimiento de distintas técnicas disciplinarias, resaltado el poder adoctrinador que tuvo en controlar a los individuos y sus cuerpos en instituciones como la escuela o el ejército6. En segundo lugar, los diferentes estudios plantean que las miradas que anudaban a la ejercitación no solamente fueron pedagógicas y políticas, sino que formaron parte de un lugar en donde el género ocupó un rol central en las diferenciaciones de lo masculino y lo femenino7. Finalmente, otras investigaciones han destacado que la creación de una “ciudadanía saludable” no se limitó exclusivamente a las acciones disciplinarias. Intereses comerciales, científicos y publicitarios convirtieron a la ejercitación en una industria económicamente rentable8. Ver: GIULIANOTTI, Richard. Sport and Modern Social Theorists. Palgrave MacMillan, London, 2004. 252 p; MARKULA, Pirko, y PRINGLE, Richard. Foucault, Sport and Exercise. New York, Routledge, 2006. 250 p; VERTISNKY, Patricia, y HARGREAVES, Jennifer (Eds.). Physical Culture, power and the body. New York, Routledge, 2006. 263 p; AZZARITO, Laura, y KIRK, David (Eds.). Pedagogies, Physical Culture, and Visual Methods. New York, Routledge, 2013. 256 p. 6 Ver: BONETTA, Gaetano. Corpo e nazione: L'educazione ginnastica, igienica e sessuale nell'Italia liberale. Milan, Franco Angeli, 1900. 473 p; KIRK, David. Defining Physical Education: The Social Construction of a School Subject in Postwar Britain. London, Routledge, 1992. 190 p; MEINANDER, Henrik. Towards a bourgeois manhood. Boys’ Physical Education in Nordic Secondary Schools. 1880-1940. Helsinki, The Finnish Society of Sciences and Letters, 1994. 250 p; VIGARELLO, Georges. Corregir el cuerpo: historia de un poder pedagógico. Buenos Aires, Nueva Visión, 2005. 256 p; HOLT, Richard y VIGARELLO, Georges. El cuerpo cultivado: gimnastas y deportistas en el siglo XX. En: COURTINE, Jean-Jacques, CORBIN, Alain y VIGARELLO, Georges (Eds.). Historia del cuerpo, Vol. 2. De la Revolución francesa a la Gran Guerra. Madrid, Taurus, 2005. pp. 295-354. 7 Ver: VERTINSKY, Patricia. The social construction of the gendered body: exercise and the exercise of power. International Journal of the History of Sport, 11 (2): 147-171, 1994; BUDD, Michael Anton. The Sculpture Machine: Physical Culture and Body Politics in the Age of Empire. New York, NYU Press, 1997. 352 p; CHAPMAN, David, y VERTINSKY, Patricia. Venus with Biceps: A Pictorial History of Muscular Women. Vancouver, Arsenal Pulp Press, 2011. 359 p; TUMBLETY, Joan. Remaking the Male Body. Masculinity and the uses of Physical Culture in Interwar and Vichy France. Oxford, Oxford University Press, 2012. 272 p. 8 Ver: GROVER, Kathryn (Edit.). Fitness in American Culture. Images of Health, Sport and the Body, 1830-1940. Amherst: University of Massachusetts Press and Rochester, 1989. 178 p; ADDISON, Heather. Hollywood and the Rise of Physical Culture. New York, Routledge, 2000. 200 p; THOMAS DE LA PEÑA, Carolyn. The Body Electric: How Strange Machines Built the Modern American. NYU Press, American History and Culture Series, 2005. 328 p; ZWEININGER-BARGIELOSWKA, Ina. Managing the Body: Beauty, Health, and Fitness in Britain 1880-1939. Oxford, Oxford University Press, 2010. 400 p. 5 4 Una fructífera historia centrada en la gimnasia y los ejercicios físicos, se ha desplegado en los últimos años a nivel latinoamericano9. Centrándose en los cambios políticos, sociales y demográficos ocurridos hacia finales del siglo XIX; en la emergencia de los ejércitos modernos; del surgimiento del Estado educador; en los cuerpos masculinos y femeninos; en el interés por el llamado mejoramiento de la raza; en la promoción de un determinado estilo de vida higiénico; y en el conflicto entre las corrientes gimnásticas que mejor se adecuaban a los países latinoamericanos, los trabajos de los diversos autores recalcan la diversidad de discursos y prácticas que tuvo la ejercitación hasta la primera mitad del siglo XX. Junto con los indudables aportes que han representado dichos trabajos para la comprensión de las condiciones históricas, sociales y educativas por las cuales surgió un interés en torno a la ejercitación, estas investigaciones motivan a abordar aspectos poco tratados hasta ahora, esto es, la variedad de procesos de selección y circulación de conocimientos, objetos y prácticas, llevados a cabo por grupos específicos en espacios institucionales, políticos y culturales. MARTÍNEZ, Françoise. ‘!Que nuestros indios se conviertan en pequeños suecos!' La introducción de la gimnasia en las escuelas bolivianas. Bull. Inst. fr. Études andines, 28 (3): 361-386, 1999; GOELLNER, Silvana Vilodre. Bela, maternal e feminina: imagens da mulher na Revista Educação Physica. Ijuí, Unijuí, 2003. 152 p; AINSESTEIN, Ángela y SCHARAGRODSKY, Pablo. Tras las huellas de la educación física escolar argentina. Cuerpo, Género y Pedagogía. 1880-1950. Buenos Aires, Prometeo Libros, 2006. 346 p; ARMUS, Diego. La forja del cuerpo sano: niñez, educación física, fútbol y tuberculosis. En: La Ciudad Impura. Salud y tuberculosis en Buenos Aires.18701950. Buenos Aires, Edhasa, 2007. pp. 75-106; SCHARAGROSDKY, Pablo. Gobernar es ejercitar. Fragmentos históricos de La Educación Física en Iberoamérica. Buenos Aires, Prometeo, 2008. 220 p; CHÁVEZ, Mónica. Construcción de la nación y el género desde el cuerpo: La educación física en el México posrevolucionario. Desacatos, 30 (1): 43-58, 2009; TERRET, Thierry y TESCHE, Leomar. French Gymnastics in Brazil: Dissemination, Diffusion and Relocalization. International Journal of the History of Sport, 26 (13): 1983-1998, 2009; SOARES, Carmen Lúcia. As roupas destinadas aos exercícios físicos e ao esporte: nova sensibilidade, nova educação do corpo (Brasil, 1920-1940). Pro-Posições, 22 (3): 81-96, 2011; SCHARAGROSDKY, Pablo (Edit.). La invención del 'homo gymnasticus'. Fragmentos históricos sobre la educación de los cuerpos en movimiento en Occidente. Buenos Aires, Prometeo, 2011. 528 p; PEDRAZA, Zandra. La estrategia higiénica: movimiento y regeneración. Educación Física Y Deporte. 30 (1): 445-456, 2011; GLEYSE, Jacques, y SCHARAGRODSKY, Pablo. “Le Dr. Enrique Romero Brest, ses visites aux insitutions européennes de formation et le Congrès d’Education Physique de Paris en 1913 comme indicateurs de la mondialisation et de la nationalisation de la ‘culture physique’”. Revue Staps, 100 (1): 89-107, 2013; AMGARTEN Quitzau, Evelise. Different Clubs, Similar Purposes? Gymnastics and Sports in the German Colony of São Paulo/Brazil at the Turn of the Nineteenth Century. IJHS, 30: 9 (963-975), 2013; SCHARAGROSDKY, Pablo (Edit.). Miradas médicas sobre la cultura física en Argentina. 1880-1970. Buenos Aires, Prometeo, 2014. 357 p. 9 5 En consecuencia, las preguntas que guían a esta investigación son: ¿qué tipo de prácticas en torno a la ejercitación de los cuerpos fueron las que existieron en Santiago entre 1880 a 1931? ¿Cómo fueron puestas en circulación, apropiación e interacción con diferentes teorías y ámbitos específicos del saber, como métodos, ideales, valores, bases materiales, e intereses particulares? Precisamente, la presente investigación estudia a la ejercitación de los cuerpos enfatizando su concepción como práctica, en el espacio de Santiago, desde finales del siglo XIX hasta las primeras décadas del XX. Históricamente los primeros análisis vinculados a los cuerpos se caracterizaron por investigar las diferentes lógicas simbólicas de las sociedades no occidentales; sobre los diversos tipos de técnicas y movimientos corporales, o en las forma de comportarse y su relación con el proceso civilizatorio10. Sin embargo, como lo indicó el historiador británico Roy Porter, la visión que se ha intentado construir en los últimos años ha asumido una doble problemática: por un lado, la mayoría de los estudios buscan ratificar teorías de control social sobre el cuerpo, reduciéndolo a nuevos modos en que ha sido controlado; y por otro lado, se ha caído en el juego de demonizar el carácter dominante de las prácticas corporales, rechazando visiones que en sus épocas se proclamaron como justas11. Sin duda, para autores como Michel Foucault tanto las prácticas como el cuerpo se constituyeron en aspectos centrales de sus investigaciones. Ante la necesidad de incluir aspectos no discursivos, como las relaciones de poder y de dominación, el cuerpo aparece no solo a modo de disciplinamiento, sino que en una de las condiciones más importantes para la formación de los saberes12. Ver: MEAD, Margarte: El hombre y la mujer. Buenos Aires, Compañía General Fabril Editora, 1966. 375 p; Sexo y temperamento. Buenos Aires, Paidós, 1961. 253 p; MAUSS, Marcel. Técnicas y movimientos corporales, En: Sociología y Antropología. Madrid: Tecnos, 1991. pp. 337-356; ELIAS, Norbert. El proceso de la civilización: investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas. México D.F., Fondo de Cultura Económica, 1987. 581 p. 11 PORTER, Roy. Historia del cuerpo revisada, En: BURKE, Peter. Formas de hacer historia. Madrid, Alianza, 2003. p. 277. 12 Ver: FOUCAULT, Michel: Nietzsche, la genealogía, la historia. Valencia, Pre-Textos, 1997; Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Buenos Aires, Siglo XXI, 2002. 314 p; Historia de la Sexualidad, Vol. I. México D.F., Siglo XXI, 2005. 194 p. 10 6 Desde los contextos de la filosofía, la sociología e historia de las ciencias, autores como Bruno Latour, Andrew Pickering, Donna Haraway o Don Ihde han señalado que el rol del cuerpo en la construcción de la realidad social es constituido a partir de un campo de prácticas que abarcarían tanto a sujetos, actividades humanas como elementos materiales entrelazados en una simetría con los "no-humanos"13, alrededor de un entendimiento compartido (mangle)14, bajo una hibridación de aspectos humanos, animales y tecnológicos (cyborg)15, o en el uso cultural del cuerpo para la creación de tecnologías16. Desde esta perspectiva, Tony Bennett y Patrick Joyce señalan que los conocimientos no son solo un proceso que da cuenta de los fenómenos naturales o sociales, sino que implicarían una actividad humana colectiva, encarnada en artefactos materiales e inseparable de las configuraciones de la realidad social y de los ejercicios del poder17. En ese sentido, dichos estudios problematizan la circulación del conocimiento, entendiendo que las matrices que ayudan a producir significados no son reducibles a explicaciones discursivas, sino que se desprenden de múltiples prácticas que interconectan entre sí a grupos, actores, e instituciones en procesos de negociación y estabilización18. Considerando los conceptos descritos, esta investigación persigue indagar las formas en que se clasificó, organizó y reapropió la ejercitación del cuerpo tanto en agentes individuales, expertos, grupos profesionales y así como en objetos, artefactos, medios de circulación masiva e instituciones políticas. Interrelaciones que regularían en gran parte el poder-saber que generó la idea de cuerpos en “constante movimiento”. LATOUR, Bruno. Reensamblar lo social: una introducción a la teoría del actor-red. Madrid, Manatial, 1992. p. 113. 14 PICKERING, Andrew. The Mangle of Practice: Tome, Agency, and Science. Chicago, University of Chicago Press, 1995. pp. 16-17. 15 HARAWAY, Donna. Simians, Cyborgs and Women: Reinventing Nature. Nueva York, Routledge, 1991. p. 190. 16 IHDE, Don. Los cuerpos en la tecnología. Nuevas Tecnologías: nuevas ideas acerca de nuestro cuerpo. Barcelona, UOC, 2004. pp. 25-26. 17 BENETT, Tony, y JOYCE, Patrick (Eds.). Material powers. Cultural studies, history and the material turn. New York, Routledge, 2006. pp. 1-21. 18 SCHATZKI, Theodore, KNORR-CETINA, Karin, y VON SAVIGNY, Eike (Eds.). The Practice Turn in Contemporary Theory. London, Routledge, 2001. p. 12-13. 13 7 Teniendo en cuenta este contexto, la tesis estará conformada por cuatro capítulos. Se ha optado por la combinación de dos criterios. Por un lado en investigar la dispersión de una práctica en una serie de esferas como la médica, la educativa, la textual y la material. Mientras que por el otro, se toma como base cronológica el periodo que abarca desde 1880 hasta 1931. El primer capítulo aborda cómo con el surgimiento de las interpretaciones higiénicas y posterior desarrollo de las teorías evolutivas y principios eugenésicos, en cuyo seno la ejercitación fue expuesta por expertos y médicos como un método de transformación corporal, fundamento necesario para la salud individual y bienestar colectivo. Destaca el hecho que sus efectos le dieron un fundamento no solo como un medio terapéutico, sino que también como un potente artefacto de consumo que fue atrayendo la atención de niños, jóvenes, hombres y mujeres. El segundo capítulo, analiza los saberes que posibilitaron la emergencia de la educación física escolar en la grilla curricular de los diferentes niveles de enseñanza del sistema educativo entre 1880 a 1927. Este hecho supuso un conjunto de prácticas definidas por agentes, actores, instituciones en diferentes ámbitos que fueron desde la confección de los programas escolares y materiales de estudio, la invención de un nuevo oficio como el de “educador físico”, hasta la formación de grupos de interés y las controversias generadas por instalar e imponer ciertos sentidos dominantes en torno a la gimnasia, los ejercicios físicos, los juegos y los deportes. En seguida el tercer capítulo estudia la utilización de instrumentos y máquinas gimnásticas para los casos específicos de la antropometría y la kinesioterapia. Si bien, en ambos casos sus objetivos se orientaron al cálculo, la precisión y la eficiencia de los movimientos, la estandarización de las mediciones antropométricas junto con la uniformidad de las prácticas kinesiológicas lejos de ser simples dispositivos o materiales de apoyo se transformaron en objetos para la generación de conocimientos, los que permitieron visualizar los reales efectos que tenía la ejercitación sobre los cuerpos. 8 Por último, el cuarto capítulo se focaliza en el periodo 1927-1931, correspondiente a la Dictadura de Carlos Ibáñez del Campo. Siendo visto como un periodo particular de la historia de Chile por los sucesivos cambios políticos, económicos y educacionales llevados a cabo, se examinan los múltiples y ambivalentes sentidos que tuvo la puesta en práctica de la educación física, hecho que generó diversos debates entre los distintos agentes, especialistas, funcionarios públicos, militares, médicos, pedagogos, políticos e instituciones que entraron en funcionamiento. Hoy más que nunca la ejercitación está en circulación sobre nuestras vidas. Esto es así en múltiples frente, ya sea por el surgimiento de diversos y renovados espacios recreativos, en el auge de los modelos orientados hacia una “vida saludable”, en campañas publicitarias que promocionan el éxito profesional y económico con el bienestar corporal, en el desarrollo de industrias alimentaria y deportivas, en los malos hábitos de nutrición y sus consecuencias sobre la salud, o en las discusiones sobre su relevancia dentro del sistema educativo chileno, En definitiva, este trabajo pretende contribuir con elementos para repensar las construcciones y nociones históricas dadas a las actividades físicas y los ejercicios físicos. Además, a través de su propia lectura se espera que se transforme en un saludable e ineludible “ejercicio” de pensar. 9 CAPÍTULO I ¡EJERCITARSE ES SALUD! CIENCIA, MEDICINA Y CONSUMO Por lo que a Chile respecta, hay acuerdo en el principio de la necesidad del ejercicio, hay unanimidad en sostener que es preciso hacer algo ante el hecho de que nuestra raza decae: las enfermedades de carácter social, el alcoholismo, la tuberculosis, las nerviosidades producidas por la vida intensa de la época presente, las preocupaciones de todo tipo, han hecho que sea difícil encontrar el tipo del chileno emprendedor y fuerte19. Basados en teorías provenientes de la higiene social, el darwinismo, la eugenesia, o en los principios de la anatomía, la fisiología y la mecánica, los especialistas médicos fueron receptivos en acoger a la ejercitación como un importante medio de salud. Si en un principio sus efectos fueron pensados bajo prescripciones terapéuticas, acabaría transformándose en una “novedosa y saludable” rutina higiénica, siendo un agente de cambio para hombres y mujeres que deseaban transformar sus hábitos y vigorizar sus cuerpos. A fin de visualizar los matices, coincidencias y diferencias, el objetivo de este capítulo es abordar cómo en Santiago, desde fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, grupos y asociaciones médicos a través de sus distintas especialidades incorporaron a la ejercitación dentro de sus prácticas. En segunda instancia, se examinan los diagnósticos y síntomas presentados, como la fatiga y el sedentarismo, causantes del “mal estado físico” y de las distintas dolencias que afectaban a parte de la población capitalina. Para finalmente examinar el rol que jugó el mercado en la transformación del ejercicio físico como un objeto de consumo, en particular como fueron puestos en circulación las diversas rutinas, manuales y productos vendidos, tanto en medios de prensa como en casas comerciales. “La conferencia que don Joaquín Cabezas dictó por nuestra estación de radio”. Los Sports, Santiago, N°229, 29 de Julio de 1927. p. 14. 19 10 CONSTRUYENDO UN CUERPO FUERTE Y SANO Debido a los elevados índices de mortalidad que afectaban a los trabajadores urbanos, y especialmente a la población infantil, así como de la rápida propagación de enfermedades, ya sea del cólera o la tuberculosis, las décadas finales del siglo XIX vieron el surgimiento de incipientes programas que buscaban higienizar y mejorar las condiciones de salud en todo el país. Dentro de este tipo de iniciativas las actividades físicas no serían la excepción. Uno de los primeros autores en tratar su importancia desde el espectro médico fue el higienista Adolfo Murillo. Durante 1872, el Ministro de Instrucción Pública Abdón Cifuentes, había estudiado las posibilidades de hacer obligatoria la enseñanza de los ramos de higiene y gimnasia para todo el país, encargando su investigación a la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile. Publicado bajo el nombre De la educación física y de la enseñanza de la higiene en los liceos i escuelas de la república20, Murillo criticaba la excesiva atención prestada a la enseñanza intelectual y la escasa atención en “cultivar el desarrollo de las fuerzas físicas i de la forma humana”21. Como una forma de enfrentar las causas del “deterioro físico de los niños”, su plan contemplaba una serie de ejercicios que comenzaban con la formación de pelotones, marchas, carreras, saltos, ejercicios de flexión hasta ejecuciones en aparatos como argollas, trapecios y barras. Este juicio también fue compartido años después por el médico José Joaquín Aguirre, que en conjunto con el Ministerio de Instrucción Pública publicó en 1886 el Manual de Jimnasia Escolar para el uso de las Escuelas de Instrucción Primaria22. “Popularizar la educación física de una manera sencilla, rápida, jeneral i práctica, i hacer desaparecer la frecuente aversión que existe por esta enseñanza”23, eran los fundamentos iniciales de su programa, destinado para su MURILLO, Adolfo. De la educación física y de la enseñanza de la hijiene en los liceos i escuelas de la República. Santiago, Imprenta de la Librería del Mercurio, 1872. 33 p. 21 Ibíd. p. 7. 22 AGUIRRE, José Joaquín. Manual de jimnasia escolar para las escuelas de instrucción primaria. Santiago, Imprenta y Litografía Pedro Cadot y Cia, 1886. 38 p. 23 Ibíd. p. VII. 20 11 difusión en los establecimientos fiscales de Santiago. A diferencia de Murillo, Aguirre reunió una mayor cantidad de ejercicios combinados para brazos, piernas, troncos, pies y hombros, además de la utilización de la llamada “manilla chilena”, una readaptación local del ejercicio en argollas y anillas24. En continuidad con los planteamientos de Murillo y Aguirre, el médico nacional Tulio Matus publicaba en 1907 su trabajo denominado Influencia de los ejercicios físicos en el desarrollo de la capacidad vital de los pulmones 25. Tomando como muestra de estudio a un grupo de alumnos del Internado Nacional Barros Arana, su objetivo fue investigar las diferentes fases y variaciones respiratorias producidas por los ejercicios físicos. Elevaciones de brazos o rotaciones del tronco, eran para Matus acciones fundamentales que incidían en el fortalecimiento de las paredes torácicas y pulmonares, ante las distintas afecciones que afectaban a los alumnos como la tuberculosis o los enfisemas. Por ello, concluía que la gimnástica respiratoria debía ser prescrita obligatoriamente a los profesores de educación física, como una forma de: “fortalecer las vías respiratorias de sus alumnos, foco de tantas y tan graves enfermedades”26. Estos primeros vínculos generados por médicos no fueron casuales sino que tuvieron como eje común su enseñanza en las escuelas públicas de la ciudad. La incorporación de asignaturas capaces de modificar las conductas, entre ellas la práctica de ejercicios físicos, se insertaba con los postulados del higienismo, en los que cada uno de los individuos, y también la sociedad, debían ser pensados con relación al medio, pues según entendían estos médicos, para poder imaginar una profilaxis moral resultaba indispensable vincular las conductas con el medio físico27. Ibíd. p. 31. MATUS, Tulio. Influencia de los ejercicios físicos en el desarrollo de la capacidad vital de los pulmones. Santiago, Imprenta Universitaria, 1907. 22 p. 26 Íbíd. p. 23 27 Ver: PÉREZ, Matías. Hacia una historia de la higiene pública: el concepto de higiene como mecanismo de control social en Santiago de Chile (1870-1930). En: GRUPO DE ESTUDIOS EN HISTORIA DE LAS CIENCIAS, GEHC (Eds.). Control social y objetivación: escrituras y tránsitos de las ciencias en Chile. Santiago, Universidad de Chile, 2012. pp. 59-74. 24 25 12 La progresiva definición de programas educativos para el cuidado infantil y nuevos planes para mejorar la fuerza productiva de los individuos, facilitaron la convergencia de un importante número de intelectuales y científicos, ligados a movimientos médico-sanitaristas que sostenían que era científicamente válido modificar uno de los agentes determinantes en el organismo, la herencia. Grupos como la Liga Chilena de Higiene Social (LCHS) o la Asociación Nacional de Educación (ANE), ambos dirigidos por el Dr. Carlos Fernández Peña, glorificaron las bondades que existían detrás de una ejercitación racional como un agente clave en la “lucha por la existencia”. Según Bernardo Subercaseaux, para el Dr. Fernández la “defensa de Chile y su porvenir” dependieron de dos factores estrechamente ligados: la medicina y la educación, esta última considerada no solo en la escuela sino que también en el entorno social28. Siendo un poderoso antídoto en la lucha contra los "flagelos sociales" como el alcoholismo o las enfermedades de transmisión sexual, los ejercicios físicos fueron prescritos como “uno de los mejores medios de evitar la precocidad sexual y de salvaguardar la pureza del niño, [imponiéndoles] juegos y ejercicios durante el tiempo necesario”29. Es decir, la labor de LCHS y la ANE se enmarcan de acuerdo a lo que señala Nancy Stephan para Latinoamérica como una corriente de pensamiento neolamarckiano. Problemas como la salud pública, y el bienestar materno-infantil, fueron comprendidos por los reformistas chilenos bajo el postulado de “la herencia de los caracteres adquiridos”, justificando de que reformas en el medio ambiente incidirían en el mejoramiento racial de la futuras generaciones”30. Con ciertas diferencias hacia este tipo de planteamientos, en 1913 y como parte del ciclo de conferencias organizadas por la Universidad de Chile, el profesor del Liceo de hombres de La Serena Demetrio Salas, presentaba en SUBERCASEAUX, Bernardo. Historia de las ideas y de la cultura en Chile. Tomo IV. Nacionalismo y cultura. Santiago, Editorial Universitaria, 2007. p. 100. 29 MEMORIAS DE LA LIGA CHILENA DE HIGIENE SOCIAL, 1920-1921. Santiago, Impr. Nacional, 1922. p. 21. 30 LEYS-STEPHAN, Nancy. The Hour of Eugenics: Race, Gender, and Nation in Latin America. Ithaca, New York, Cornell University Press, 1991. 210 p. 28 13 Santiago su conferencia denominada “educación física biolójica”31. En su percepción, la educación física “fisiológica” ha puesto excesivamente su atención hacia el sistema muscular, descuidado a los hombres en una de las dimensiones más importantes de la vida humana: la célula32. A su juicio, la educación física “biolójica”, debía interesarse en el desarrollo del ser humano desde sus primeros años, teniendo: “su influencia en toda la vida del hombre, en el nacimiento de la primera célula, es decir, desde el óvulo”33. Destacando el deseo de procurar una “integridad de las reacciones protoplasmáticas para nutrirse del máximum de las enerjías biolójicas”, Salas promovió un régimen de ejercicios que combinaba prácticas de la medicina naturista como excursiones, paseos al aire libre, baños de sol, una dieta vegetariana, y el rechazo a alimentos como la “carne, el alcohol, el tabaco i toda clase de tóxicos”34, factores que según el autor perturbaban el proceso adaptativo del organismo a las energías existentes en el medio ambiente35. Si bien, las palabras de estos primeros médicos, intelectuales y grupos asociados reflejaban los complejos e interconectados aspectos fisiológicos, sociales y morales con las que se buscaba incentivar al ejercicio físico, las investigaciones desarrolladas con posterioridad a los primeros años del siglo XX fueron comprendiendo un conjunto de signos y síntomas mucho más amplios que el simple “fortalecimiento de la raza”. Sobre esos nuevos conocimientos, se hallaron los fundamentos necesarios para difundir una ejercitación racional. SALAS, Demetrio. Dos conferencias sobre la educación física biológica dadas en la Universidad de Chile. Santiago, Camilo Henríquez, 1916. 154 p. 32 Ibíd. p. 8-9. 33 Ibíd. pp. 10-11. 34 Ibíd. p. 22. 35 Desde fines de los años ´20, Salas extendería el número de sus escritos, ampliando el contenido de sus temáticas como alimentación, higiene, ciencia y sus implicancias con el esoterismo, teniendo vigencia hasta la década del ´50. Ver: SALAS, Demetrio. Educación física biológica: el concepto científico de la vida. Santiago, Nascimiento,1930. 195 p; Clave de la vida y de la salud: ensayo. Santiago, Nascimiento, 1932. 340 p; La medicina ante la biología: comentarios al libro de Carrel "El Hombre una incógnita", sus relaciones con la "Clave de la vida". Santiago, Impr. Pino, 1937. 51 p; El fracaso de la medicina. Santiago, Edit. Cultura, 1939. 155 p; El lugar de la gimnasia en la educación física. Santiago, Imprenta "Helvecia",1941. 15 p; Regeneración física y moral por la higiene. Santiago, Impr. Pino, 1948. 34 p; Temas de actualidad. Santiago, Movimiento de Regeneración Humana, 1951. 187 p. 31 14 FATIGA Y SEDENTARISMO Desde la segunda mitad del siglo XIX, científicos principalmente de Europa comenzaron a desarrollar nuevas formas para medir y utilizar las energías físicas. El surgimiento de un enfoque fisiológico para el trabajo, sobre la base de respuestas a actividades relacionadas con la resistencia o la fuerza, se centraron en revelar los métodos más beneficiosos para la organización y el control del gasto de energético, vinculando especialmente la regulación científica de los movimientos del cuerpo en conjunto con el sistema nervioso36. Las investigaciones desarrolladas por el italiano Ángelo Mosso en torno al “sobrecargo intelectual” y la la “fatiga”, demostraron que a través de la realización de actividades físicas se conseguía aminorar las manifestaciones fisiológicas del cansancio, ayudando a la restauración muscular y celular del cuerpo37. Sus estudios serían divulgados internacionalmente, atrayendo la atención de médicos europeos y latinoamericanos por cuantificar las potencialidades del trabajo físico e intelectual. Contrariamente al escenario de países como Italia o Argentina, que privilegiaron el estudio de las condiciones y jornadas laborales, en Chile, las primeras investigaciones y referencias sobre el tema fueron definidas por agentes pedagógicos, con el objetivo de enfrentar patologías que afectaban al rendimiento escolar de niños, como el raquitismo o la deficiencia mental. ¿Hay o no recargo mental en los alumnos originados por el exceso de estudio? ¿Cuáles son sus causas i los medios de evitarlo? fueron las preguntas que se hizo el funcionario del Ministerio de Instrucción Pública Moisés Vargas en 1903 en el marco del Congreso General de Enseñanza. Si bien, señalaba que el trabajo desarrollado en las escuelas primarias de Santiago era menor al exigido en países como Francia, para Ver: RABINBACH, Anson. The Human Motor: Energy, Fatigue, and the origins of Modernity. University of California Press, 1992. 432 p; ROLDÁN. Diego. Discursos alrededor del cuerpo, la máquina, la energía y la fatiga hibridaciones culturales en la Argentina fin-de-siècle. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, 17 (3): 643-661, 2010; POHL-VALERO, Stefan. 'La raza entra por la boca': Energy, Diet, and Eugenics in Colombia, 1890-1940. Hispanic American Historical Review 94 (3); 455-486, 2014. 37 DI GIULIO, Camilo, DANIELE, Franca y TIPTON, Charles. Angelo Mosso and muscular fatigue: 116 years after the first congress of physiologists. Advances in Physiology 30 (2): 51-57, 2006. 36 15 evitar cualquier exceso de trabajo intelectual Vargas recomendaba firmemente: “arreglar los horarios de modo que cada curso disponga por lo menos de una tarde libre a la semana para que pueda dedicarse al descanso o a excursiones escolares”; y de aumentar: “las horas destinadas a la gimnasia, a todas luces insuficientes en la actualidad, dotando esta enseñanza de todos los elementos que necesita para ejercitarse con éxito”38. Años después, en 1907 el médico Alfredo Moraga Porras presentaba su estudio denominado Higiene mental en sus relaciones con el desarrollo y conservación de la energía psíquica y de la fatiga producida por la enseñanza 39. Entendiendo que la fatiga se daba por una sobrecarga y simultaneidad del trabajo entre la inteligencia, la afectividad y la voluntad, Moraga Porras indicaba la necesidad de dar reglas higiénicas y “de repartir las tareas escolares convenientemente”. A su juicio, el ejercicio físico se presentaba como una “terapia auxiliar del trabajo mental”, la cual practicada constantemente, favorecía “la circulación e irrigación sanguínea en los centros nerviosos”, lo que se traducía en el aumento de la energía, y “el incremento de las capacidades intelectivas”40. A diferencia de su antecesor que planteaba que se trataba más bien de una “mala distribución de las energías psíquicas”, en 1912 el médico nacional José Luis Santelices indicaba que la fatiga ante todo era una “manifestación fisiológica del resultado del trabajo muscular”41. Santelices hizó un seguimiento in situ por más de tres meses a las tropas del ejército correspondientes a los regimientos de Buin y Chillán, en los que pudo comprobar las condiciones del trabajo muscular, la resistencia a la fatiga y los principios fisiopatológicos asociados con “las extensas jornadas de marcha y patrullaje”. En este punto, concluyó que las consideraciones generales sobre el ejercicio en el ejército debían orientarse científicamente a la VARGAS, Moisés. Hora de trabajo y recargo escolar. Anales de la Universidad de Chile 113 (3), 1903. p. 281. 39 MORAGA Porras, Alfredo. Higiene mental en sus relaciones con el desarrollo y conservación de la energía psíquica y de la fatiga producida por la enseñanza. Santiago, Imprenta Rápida, 1907. 30 p. 40 Ibíd. p. 26 41 SANTELICES, José Luis. Fatiga muscular i surménage físico. Santiago, Imprenta Universitaria, 1912. 60 p. 38 16 racionalización y control del gasto energético, ya que si las tropas eran sometidas continuamente a un sobre entrenamiento, se estaban formando a soldados “incapaces de adaptarse a las exigencias de una campaña”42. Los conceptos de fatiga y sobrecarga de trabajo no sólo se circunscribieron a los espacios y círculos científicos, sino que también fueron tema de revistas populares y medios de prensa masivos. La revista Zig-Zag en 1909 fue una de las primeras en mencionar directamente estos temas, denunciando los nocivos efectos que tenía la sobrecarga de trabajo sobre el cuerpo. El consejo entregado por dicha revista era que solamente la práctica regular de ejercicios físicos podrían restaurar “los nervios exacerbados por la vida en la ciudad”, convirtiéndose en “el único medio para hacer descansar el espíritu de las personas amantes del estudio y a la vez el mejor preservativo contras las enfermedades nerviosas”43. Es decir, a lo que apuntaba Zig-Zag, era que mediante una práctica sistemática de ejercicios físicos los individuos debilitados podrían recuperar su "equilibrio", a través de rutinas cuya repetición sería "dejar una huella” en el sistema nervioso. Las nuevas investigaciones internacionales y acontecimientos relacionados con la fisiología de la primera mitad del siglo XX explicaron el funcionamiento del cuerpo como un mecanismo autoregulador, el cual necesitaba mantenerse en un “buen estado” mediante un régimen que combinaba la alimentación balanceada y la ejercitación practicada diariamente44. Estos aspectos fueron importantes dentro de la intelectualidad médica, y sobre todo para el doctor Luis Bisquertt, quién desde los comienzos de la década del ´20 orientaría sus estudios en el área 45. Primero como alumno de medicina de la Universidad de Chile, luego en el Instituto Ibíd. pp. 57-58. “¿Convienen los ejercicios físicos después del trabajo intelectual?”. Zig Zag, Santiago, N° 235, 21 de Agosto de 1909. pp. 29-30. 44 CARTER, Neil. Medicine, Sport and the Body: A Historical Perspective. London, Bloomsbury Academic, 2012. p. 115. 45 Luis Bisquertt Susarte (1895-1970), médico y profesor de educación física, sería una de las figuras más reconocidas el ámbito nacional durante la primera mitad del siglo XX. Director del Instituto de Educación Física a partir de 1943, y médico tratante en Hospitales como el Manuel Arriarán o Barros Luco, sus trabajados e investigaciones abarcaron temáticas que fueron desde la kinesiología, la traumatología, hasta la cirugía y la rehabilitación infantil. 42 43 17 de Educación Física y posteriormente como columnista en el diario Los Sports46, Bisquertt investigó los efectos a nivel muscular, fisiológico y del sistema nervioso que conllevaban las actividades físicas. Mediatizando sus conocimientos por la plataforma que le otorgaba Los Sports, revista que formaba parte del consorcio editorial de Zig-Zag y que contaba con un importante volumen de tiraje en la capital, Bisquertt pudo validarse ante las audiencias como el principal especialista en el tema. Así, sus primeras columnas recalcaron la importancia de conservar la armonía en el funcionamiento corporal no solo de los individuos sino que de la sociedad en general: "el exceso de trabajo intelectual conduce rápidamente a la degeneración de la raza, manifestada por la esterilidad y los trastornos nerviosos en las generaciones posteriores. Por lo que construir y mantener la vitalidad muscular es una de las ramas más importantes de la higiene, los cuales mediante el ejercicio de las funciones neuromusculares, se obtiene el equilibrio de todas las funciones orgánicas”47. Considerada esencial para mantener el “buen estado”, Bisquertt señalaba que por medio de una actividad enérgica de las funciones vitales se acostumbraría a un trabajo físico de los órganos del cuerpo, obteniendo resultados que irían más allá del perfeccionamiento físico: “el sujeto que se entrena bien, se hace poco a poco más resistente a la fatiga. Sus movimientos precisos y bien adaptados al objetivo requerido, se hacen cada vez automáticos, es decir, el cerebro se independiza cada vez más del trabajo neuro-muscular. Las funciones fisiológicas se hacen cada más perfectas, y el sujeto siente una sensación especial de bienestar, el cual se llama euforia”48. Bisquertt, iba complementando y complejizando sus columnas al introducir conceptos como por ejemplo el de “memoria muscular”, proceso en donde el 46 Los Sports fue una de las primera revistas deportivas de circulación masiva dentro de Santiago editada por la empresa Editorial Zig-Zag. Contempló diversas secciones dedicadas al futbol, boxeo, hípica, automovilismo, aviación, natación y educación física. Su período de publicación se extendió por ocho años, entre el 16 de marzo de 1923 y 13 de marzo de 1931, alcanzando un total de 418 números. 47 “Elementos de educación física”. Los Sports, Santiago, N° 180, 20 de Agosto de 1926. p. 1. 48 “Dos palabras sobre higiene deportiva”. Los Sports, Santiago, N° 226, 8 de Julio de 1927. p. 5. 18 cerebro en conjunto con el sistema nervioso tenían la capacidad de generar “movimientos y actitudes, [las cuales] quedarán mejor grabadas y retenidas, mientras más precisas e intensas sean las modificaciones periféricas motrices que la han motivado” 49. Incorporando diagnósticos que buscaban describir y definir con mayor precisión las distintas dolencias que afectaban principalmente a los sujetos urbanos, la correlación que fue estableciendo Bisquertt en sus columnas fue clara: la inactividad física era un riesgo para la salud. “Profesionales, estudiantes, hombres de ciencia, escritores, artistas, funcionarios públicos, políticos, comerciantes, religiosos, empleados, oficiales, un gran número de obreros que trabajan sentados o casi inmóviles, y la casi totalidad de las mujeres de clase rica y de la clase media”, eran a juicio de Bisquertt el estereotipo físico del sedentario moderno50. En su trabajo Morfología del Sedentario, explicaba que la extensión de las jornadas laborales, el trabajo nocturno, la higiene industrial y los ritmos de producción ocasionaban no solamente una sobrecarga sobre el sistema nervioso, sino que una sobrecarga que afectaba a partes como el cuello, tórax, dorso, abdomen, brazos y piernas51. En este sentido, para Bisquertt el cuerpo humano tenía su expresión cumbre de armonía y salud en la estatuaria clásica grecorromana: “la que con miembros recios, bien musculados, dan una impresión de salud, de vigor, de agilidad y de una verdadera belleza funcional”52. Prescrito por los diversos especialistas como un eficiente mecanismo para la regulación corporal, el ejercicio físico bien administrado, brindaría los equilibrios orgánicos y mentales necesarios para afrontar la dura lucha por la existencia. Detrás de esa lógica se alimentaba un propósito: convertir al ejercicio en un quehacer diario. 49 50 3. 51 52 “La Educación de los movimientos”. Los Sports, Santiago, N° 216, 29 de Abril de 1927. p. 11. “El sedentarismo. Divulgación científica”. Los Sports, Santiago, N° 172, 25 de Junio de 1926. p. BISQUERTT, Luis. Morfología del Sedentario. Santiago, Imprenta Chile, 1926. 35 p. Ibíd. p. 7. 19 ENTRENAMIENTOS, MANUALES Y ARTEFACTOS: EL EJERCICIO AL ALCANCE DE TODOS “Para que el ejercicio físico tenga repercusiones favorables sobre nuestra salud es necesario hacer de su práctica un hábito”53, señalaba en 1930 Los Sports, como parte de una serie de artículos en donde se instaba a los lectores a seguir los entrenamientos encomendados por la revista. La aparición de este tipo de recomendaciones, fueron frecuentes en diarios, revistas y avisos publicitarios santiaguinos, que desde comienzos del siglo XX, ofrecieron distintos tratamientos y productos como píldoras, elixires, o tónicos que prometían fortificar la salud de hombres, mujeres y niños54. Estableciéndose en un periodo de crecimiento económico sobre la base de la venta de productos, Ina Zweiniger-Bargielowska ha argumentado que la importancia por difundir los modelos para una vida saludable no se limitaron solamente a las acciones de actores y agencias estatales. Productores, publicistas y empresarios desarrollaron un mercado asociado que contó con estrategias comerciales definidas, cuyas técnicas y productos se vendieron al público bajo una garantía de auto-transformación física y moral55. En este contexto, la presencia de la ejercitación no fue la excepción, siendo difundida en medios de prensa, y de una red comercial que comenzaba a garantizar la venta de bienes especializados. Frente a actividades que parecían amenazar la integridad corporal, la ejercitación tenía que convertirse en algo que tanto hombres como mujeres comunes incorporasen a sus rutinas diarias. Si bien, desde las primeras décadas del siglo XX la naciente industria santiaguina consignaba en los registros publicitarios el bienestar físico asociado a la compra de productos, es a partir de los años ´20 donde esta relación adquirió “La final del curso haga Ud. Gimnasia”. Los Sports, Santiago, N° 406, 12 de Diciembre de 1930. p. 33. 54 Ver: CORREA, María José. Casas comerciales y boticas. Aproximación al desarrollo del mercado médico en el Chile urbano, 1860-1910. Revista de Historia Social y de las Mentalidades, 18 (1): 933, 2014; SÁNCHEZ, Marcelo. El hombre vigoroso es el hombre supremo. Tópicos darwinistas, racistas y eugénicos en un caso de la literatura popular chilena. En: MIRANDA, Marisa y VALLEJO, Gustado (Eds.). Derivas de Darwin. Cultura y política en clave biológica. Buenos Aires, Siglo XXI, 2010, pp. 268-297. 55 ZWEININGER-BARGIELOSWKA, Ina. Op. Cit. p. 25. 53 20 una mayor visibilidad56. Según Mike Featherstone, a partir de esta década el cuerpo se convirtió en un importante elemento de diferenciación social, en la medida que aspectos como la belleza, la delgadez, el vigor y la juventud se elevaron como elemento claves en una “cultura del consumo”57. Alabando los beneficios físicos y mentales de mantener un cuerpo “en forma”, las diversas rutinas de ejercicios publicadas en revistas hacían mención repetidamente de que cualquier hombre en cualquier momento podría transformar su cuerpo simplemente practicando el ejercicio unos pocos minutos al día. El caso de Jaime Gili, presentado en Los Sports, resultaba ser emblemático para mostrar los cambios producidos por el ejercicio metódico, testimonio eficaz de una vida en que se pasaba de ser un “hombre débil” a un “hombre fuerte”: “En el invierno de 1927, Jaime Gili sentía que la vida se le escapaba en un debilitamiento físico que preveía de fatales consecuencias (…) Tiempo después, a los veinte años ha recuperado la constitución física conveniente a sus costumbres y mira con optimismo el porvenir; no ha buscado un remedio artificial sino que prefirió adaptarse a ejercicios de fácil ejecución”58. Naturalizando una sexualidad prudente y recatada, el cuerpo femenino a través de la ejercitación tampoco pasó desapercibido. “Soy perfecta porque hago estos ejercicios”, se titulaba el artículo en Los Sports, en donde se destacaban los beneficios estéticos que traían consigo los entrenamientos en mujeres59. Dotándolo de actividades que incluían la danza rítmica, la natación o el tenis, la clave parecía ser la de encontrar un equilibrio en las formas corporales, proporcionando firmeza, destreza y elegancia. Dejando de lado cualquier exceso muscular, la incorporación de fotografías que ensalzaban la imagen de una mujer Ver: CORREA, María José. Electricidad, alienismo y modernidad: The Sanden Electric Company y el cuerpo nervioso en Santiago de Chile, 1900-1910. [En línea], Nuevo Mundo Mundos Nuevos Coloquios, Puesto en línea el 09 de Junio de 2014 <http://nuevomundo.revues.org/66910 [consultado el 14 de Agosto de 2014] 57 FEARTHSONE, Mike. The body in consumer culture. En: FEARTHSONE, Mike, HEPWORTH, Mike, y TURNER, Bryan (Eds.). The body social process and cultural theory. London, Sage Publications, 1991. pp. 170-196. 58 “Maravillosos resultados de nuestros consejos sobre cultura física”. Los Sports, Santiago, N° 307, 27 de Enero de 1929. p. 12. 59 “Soy perfecta porque hago estos ejercicios”. Los Sports, Santiago, N° 177, 30 de Julio de 1926. pp. 8-9. 56 21 pasiva y recurriendo plenamente a la felicidad, la feminidad se ubicaba como sinónimo de fragilidad y belleza. En este ámbito, las condiciones de la maternidad afloraban sobre el cuerpo femenino. Ya sea por acción u omisión las mujeres se convirtieron en potenciales agentes de transmisión de caracteres degeneradores o regeneradores: “La mujer que desee conservar su salud y su belleza, debe practicar los ejercicios físicos. De ella depende el destino de la generación futura”60. Los alcances que tuvo la práctica sistemática de ejercicios físicos no solamente se limitaron hacia hombres y mujeres, sino que también prestaron especial atención al régimen físico de niños, jóvenes y lactantes, “prometiendo a los futuros hijos adquirir los fundamentos de la fuerza vital, el desarrollo corpóreo y la salud”61. “Los ejercicios físicos tienen un valor que día a día se va reconociendo más y mejor por fisiólogos y psicólogos de renombre”, mencionaba Los Sports. Acompañada de fotografías en la que se contemplaban una serie de ejercicios, la gimnasia se constituía como una rutina indispensable en el crecimiento físico y mental infantil: “porque con ella se puede localizar el trabajo muscular en la región que se desea, o que es necesario hacer trabajar con mayor intensidad”62. La aparición de gimnasios privados y públicos en Santiago63, en conjunto con la propagación de las prácticas deportivas, hicieron posible la difusión editorial de tratados en torno a la higiene, y especialmente de los populares “sistemas domésticos de gimnasia en casa”. Un interesante ejemplo de esto, lo entrega el boletín bibliográfico de la Librería “Cultura” ubicada en la calle Delicias, en pleno centro santiaguino, el que apuntaba a una variedad de libros relacionados con este tipo de prácticas. Siendo directamente importados desde Madrid y cuyos precios oscilaban entre los 3 a 8 pesos, la lista contenía autores extranjeros como: “Cinco minutos diarios para conquistar la belleza”. Los Sports, Santiago, N° 196, 10 de Diciembre de 1926. p. 5. 61 “¿Cómo sabe usted si su hijo llegará a ser presidente?”. Los Sports, Santiago, N° 385, 25 de Julio de 1930. p. 2. 62 “Gimnasia para niños”. Los Sports, Santiago, N° 420, 12 de Febrero de 1931. p. 2. 63 Ver: MODIANO, Pilar. Historia del deporte chileno: orígenes y transformaciones, 1850-1950. Santiago, 60 DIGEDER, 1997. 203 p. 22 Katty Jentzer, “Juegos Educativos al aire libre y en la casa”; Fernand Marquebreucq, “Gimnasia racional y juegos para niños normales y anormales”; William Blaikie, “Para ser fuertes. Métodos de gimnasia e higiene práctica”; El Dr. Adrian Vander Put, “Energía y Salud por la gimnasia racional”; el Dr. Saimbraum, “Salud, fuerza y belleza por medio de la gimnasia sueca”; Karl Miller, “La gimnasia sueca. Manual de gimnasia racional al alcance de todos”; León Cocquelet, “21 movimientos de cultivo físico para no engordar”; Pedro Berthier, “Los 15 ejercicios de gimnasia racional que harán a nuestros hijos, ágiles, vigorosos y hermosos”; y el best seller a nivel mundial del danés J.P. Müller, “Mi sistema. Quince minutos de trabajo diario para la salud”64. Aunque la proliferación de este tipo de manuales fueron vendidos con el objeto de acercar un método de ejercicios adaptable para todas las edades y a un público lector que tuvo el nivel adquisitivo, el tiempo y las ganas de leerlos, los círculos médicos, y en menor medida pedagogos, fueron reacios en incorporarlos en sus contenidos, desacreditándolos por sus escasas ventajas higiénicas y educativas. Otros de los productos que estuvieron al alcance de usuarios fueron los artefactos desarrollados por el alemán Eugene Sandow65. Según señala Dominic Morais, Sandow utilizó su popularidad como figura pública y posicionó su nombre en el mercado a nivel global como símbolo de salud y bienestar corporal66. Ofertando diversos bienes que iban desde libros, complementos alimenticios, hasta aparatos para ejercitarse, los productos Sandow no solamente se posicionaron como un importante recurso terapéutico, sino que también como un lucrativo negocio, alcanzando reconocimientos y éxitos económicos67. BOLETIN BIBLIOGRÁFICO LIBRERÍA CULTURA. Santiago, Imprenta La Tarde, 1929. pp. 43-44. Eugene Sandow (1867-1925), atleta de origen prusiano, es considerado el padre del fisicoculturismo moderno. Pregonando los ideales corporales griegos, se convirtió en toda una figura pública hacia fines del XIX, desarrollando rutinas, entrenamientos y toda una red comercial de equipos de ejercicios, tales como manuales, pesas y poleas. Ver: WALLER, David. The Perfect Man. The Muscular Life and Times of Eugen Sandow, Victorian Strongman. Brighton, Victorian Secrets Ltd, 2011. 290 p. 66 MORAIS, Dominic. Branding Iron: Eugen Sandow's Modern Marketing Strategies, 1887-1925. Journal of Sport History 40 (3): 193-214, 2013. 67 GOOGLE PATENTS, Eugene Sandow. Exercising Machine. US patent 610416 A. Patentado el 6 de Septiembre de 1898; Dumb-bell, US patent 654097 A. Patentado el 17 de Julio de 1900. 64 65 23 En Santiago, el posicionamiento de su marca contempló apariciones en catálogos publicitarios, revistas y ventas directas en casas comerciales, en los que se privilegió exclusivamente a un público masculino68. En 1903 la “Nueva Librería Inglesa” ubicada en Estado 299, será la primera en comercializar sus productos desde Inglaterra al país (Imagen 1). En un mercado de agentes comerciales que funcionaba bajo el modelo de importación directa, la misma librería apelaba a los consumidores sobre la autenticidad de la marca, identificándose como “los únicos ajentes de los aparatos de fuerza de Sandow” 69. La posición publicitaria de la librería ponía en evidencia la originalidad del producto, remitiéndose por un lado al problema de la legitimidad y falsificación que existía, con un mercado paralelo que producía y comercializaba “artefactos alternativos”, y por el otro lado, en la ley de privilegio exclusivo, que ubicó a la “Nueva Librería Inglesa” como representante oficial de sus productos. Apostando por mayor volumen de ventas, y una mayor sofisticación en el contenido y el mensaje del producto, la tienda de retail anglo-argentina Gath & Chaves, ubicada entre las calles Estado y Huérfanos, también participaría de su mercadeo a partir de la década del ´20. Ofertándolo, como parte de su departamento especializado en “sports” y bajo el rótulo de “aparato deportivo” (Imagen 2), los extensores de fuerza Sandow eran presentados al público bajo sugerentes eslóganes como “altamente eficaces para la salud”, “los atletas y gimnastas de todo el mundo lo usan en sus entrenamientos”, o “recomendado por los más eminentes facultativos para ejercicios de desarrollo muscular”, asegurando que sus competencias fueron probadas por especialistas, doctores y científicos70. Con ello, Gath & Chaves pretendía no generar dudas en sus clientes, reafirmando el prestigio y calidad con que venían precedidos los extensores en el extranjero. Ver: SANDOW, Eujenio. Fuerza y modo de adquirirla: con un mapa anatómico de ejercicios físicos. Santiago: Imprenta Moderna, 1900. 45 p; y la revista llamada Sandow’s magazine, publicada entre los años 1921 y 1931, versión chilena dedicada solamente al boxeo 69 CHILE: descripción física, política, social, industrial y comercial de la República de Chile. Santiago, Carlos Tornero, 1903. p. 275. 70 Chile Magazine, Santiago, N° 3, Septiembre de 1921. p. 4. 68 24 Imagen 1. “Únicos agentes de los aparatos de fuerza de Sandow” de La Nueva Librería Inglesa. [CHILE: Descripción Física, Política, Social, Industrial y Comercial de la República de Chile. Santiago, Carlos Tornero, 1903. BCNC.] Imagen 2. “Los Aparatos Sandow´s” de Gath & Chaves. [Chile Magazine, 1921. BCNC.] 25 Las imágenes y textos que acompañaron la difusión de los artefactos Sandow en ambas casas comerciales respondieron para el caso específico de Santiago a un mercado que fue validando la producción de nuevos productos, facilitando su llegada hacia nuevos públicos y espacios de consumidores. Es decir, y como lo señala Jacqueline Dussaillant, desde fines del siglo XIX e inicios del siglo XX la capital enfrentó un marcado incremento poblacional que estimuló el comercio, lo que aumentó el volumen de los negocios y el desarrollo de novedosos mecanismos de venta71. Pese a que no es posible asegurar la demanda hacia este tipo de artefactos, la cotidianeidad de su publicidad hacia principios de siglo permiten suponer que era usual encontrar en tiendas, tanto libros como artefactos relacionados con la práctica de ejercicios físicos, y tratados científicos sobre la gimnasia y el cuidado del cuerpo, siendo conocidos y consumidos por grupos incipientes de la población, como clases medias, o quiénes tenían la posibilidad de comprarlo en ciudades como Santiago o Valparaíso, y que podían elegirlos entre una variedad de productos. En consecuencia, dentro de este contexto, el ejercicio físico apareció durante las décadas finales del siglo XIX y comienzos del XX en el país como una de las posibles terapias para encauzar y regenerar estos cuerpos “anómalos y desordenados’’. Sus objetivos no solo fueron, reducir la fatiga y combatir el sedentarismo, sino que en su significado también se pusieron en circulación, producción y transmisión una serie de prácticas que incluían la comercialización de manuales, rutinas, productos y entrenamientos con el fin de proyectar una ejercitación al alcance de todos. DUISSALANT, Jacqueline. Las reinas de Estado: consumo, grandes tiendas y mujeres en la modernización del comercio de Santiago (1880-1930). Santiago, Ediciones Universidad Católica de Chile, 2011. 439 p. 71 26 CAPÍTULO II ESPECIALISTAS, SABERES Y PRÁCTICAS EN LA EDUCACION FISICA CHILENA (1880-1927) Desde fines del siglo XIX y los comienzos del XX, tanto pedagogos, maestros, funcionarios públicos, como políticos y militares abordaron con inusual entusiasmo la importancia que tenía practicar la educación física, relacionándolos ante una serie de iniciativas que abarcaban desde la defensa de la patria, el incentivo por las actividades militares hasta la formación de modelos para el aprendizaje escolar, la creación de especialistas en el área y así como el establecimiento de comisiones estatales dedicadas a la educación física. Sin embargo, lejos de establecerse como un hecho autónomo y espontáneo, el surgimiento de los planes escolares, la definición de los contenidos a través de libros y materiales para su instrucción, o la llegada de un conjunto de agentes, actores y de diversas organizaciones específicas determinaron las distintas y diversas formas que tendría la educación física durante este periodo. Ya sean juegos, excursiones, paseos, rondas, danzas folklóricas, ejercicios militares, deportes, o los distintos tipos de gimnasia como la sueca o la alemana, cualquiera de estas se convirtió en objeto de enseñanza, siendo asumida, discutida e reinterpretada a la luz de las controversias y disidencias sobre qué tipos de prácticas corporales eran las más eficaces. Por lo que el objetivo de este capítulo es analizar las maneras por las que los distintos actores involucrados, ya sea profesores, políticos o grupos de interés desarrollaron sus propias perspectivas en torno a la educación física; cuáles fueron los mecanismos para la divulgación de sus conocimientos, como congresos o publicaciones especializadas; y las distintas disputas generadas al momento de definir sus determinados usos. 27 DE LOS BATALLONES PEDAGÓGICA ESCOLARES A LA GIMNASIA Influenciado por el clima altamente militarizado de la época y por la necesidad de impulsar la enseñanza patriótica, las décadas finales del siglo XIX vieron el surgimiento de distintas organizaciones para-militares infantiles. Para Jorge Rojas Flores, si bien desde el periodo anterior a la Guerra del Pacífico habían existido iniciativas para reclutar a niños y jóvenes, no sería hasta principios de la década de 1880, en donde educadores, políticos y militares pondrían su atención a los batallones escolares, como una de las formas más eficaces para la formación cívica y moral de las futuras generaciones72. Generando adhesión y entusiasmo popular en ciudades como Santiago y Valparaíso, los batallones se constituyeron como expresiones para la defensa de la patria, en los que a través de desfiles, paradas militares y actividades gimnásticas los participantes exhibían públicamente sus capacidades para la audacia, el honor, la firmeza y la valentía73. Igualmente, y como parte de las crecientes tensiones militares con Argentina por los temas limítrofes, desde el Ministerio de Guerra hacia finales de la década de 1880 se acordaba la necesidad de “militarizar las escuelas”, implantando ejercicios de preparación en los distintos liceos y escuelas del país: “se ha reconocido en Chile la conveniencia de difundir los conocimientos militares en la niñez que se educa en los colegios de la Nación, como un ejercicio de jimnástica útil i agradable al niño i como un medio de preparar al futuro ciudadano a quién la Nación le confiará más tarde la custodia de su honor i de su bandera (…) A fin de realizar esta idea de una manera provechosa, sería conveniente confiar la dirección de la enseñanza de los alumnos militarizados a uno de los oficiales del Ejército ocupados en el batallón cívico de la localidad respectiva o de los ayudantes de las Comandancias de Armas”74. ROJAS Flores, Jorge. Moral y prácticas cívicas en los niños chilenos, 1880-1950. Santiago, Ariadna Ediciones, 2004. pp. 60-64. 73 ROJAS Flores, Jorge. Historia de la infancia en el Chile republicano: 1810-2010. Santiago, Junta Nacional de Jardines Infantiles, 2010. pp. 258-259. 74 MEMORIA DEL MINISTERIO DE GUERRA DE 1889. Santiago, Impr. Nacional, 1889. p. 204. 72 28 Paralelamente, y luego de pasar años de observación en Europa, José Abelardo Núñez regresaba a Santiago en 1883, en cuyo recorrido había examinado y consultado tanto a funcionarios y expertos sobre los diversos métodos educativos existentes. Como parte de los cambios propuestos por la intelectualidad liberal y que buscaban de dotar de conocimientos científicos a la educación pública chilena, el plan de estudios en torno a la educación física trazado por Núñez convergía en dicha dirección, al incorporar conceptos médicoscientíficos. Especialmente adaptado para las Escuelas Normales, dicho plan contemplaba ejercicios corporales de marcha, movimientos de brazos y ejercicios con aparatos, los cuales tenían como fin: “fomentar con todo el vigor la educación física que, unida i completada con los conocimientos racionales de la hijiene en la escuela, está llamada a modificar profundamente las condiciones materiales de vida de nuestro pueblo”75. A fines de 1884, se establecieron las primeras reformas educacionales modernas y que supusieron la llegada de profesores alemanes contratados por el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública. Específicamente la formación pedagógica alemana, era vista por su vocación moderna y secular, y que ponía a la razón y el método científico como pilares de la enseñanza escolar. Para el caso de la educación física, a comienzos de 1885 era designado como profesor para la Escuela Normal de Preceptores de Santiago el austríaco Francisco Jenschke. Si bien, su formación fue la de profesor de matemáticas y física del Liceo Imperial Real Superior de la Leopoldstadt en Viena, su incorporación evidencia que fueron razones burocráticas las que incidieron a su contratación, dado que contaba por un lado con la licencia de “instructor de gimnasia” para establecimientos y liceos superiores, y por el otro lado tenía los conocimientos básicos en el idioma español, hechos que le permitieron ser contratado bajo el cargo de “director de jimnasia” en dicha escuela76. NÚÑEZ, José Abelardo. Educación física, En: Organización de escuelas normales. Santiago, Imprenta de la Librería Americana, 1883. p. 264. 76 JENSCHKE, Francisco. Monografía de la Escuela Normal de Preceptores 'José Abelardo Núñez'. Santiago, Soc. Imprenta i Litografía Universo, 1922. p. 139. 75 29 Junto con la llegada de Jenschke, se importarían desde Alemania los primeros objetos y materiales didácticos para su enseñanza, los cuales fueron exhibidos durante la exposición organizada por el Ministerio de Justicia e Instrucción Pública en 188577. La idea, según el propio Núñez, era “exhibir el material escolar adquirido por el Gobierno, antes de su distribución a las escuelas públicas”78. Objetos que fueron adquiridos como “el aparato universal de jimnástica para escuelas i familias”, un modelo que contenía aparatos básicos diseñados para la primera enseñanza, “recomendable por su buena calidad i sencillez”, además de una bayoneta triangular de tamaño “pequeño y liviano”, fueron incorporados como parte de la práctica del ramo, siendo rotulados como objetos para la “enseñanza cívica i militar”79. El Congreso Pedagógico organizado por el Consejo de Instrucción Pública en 1889, fue clave para entender el “desarrollo que debe darse a la jimnasia i a los ejercicios militares”, y “de establecerlas como obligatorias dentro de todas las escuelas para hombres y mujeres del país”80. Profesores normalistas como Erasmo Arellano o Ismael Larenas, fueron enfáticos en señalar la importancia de que tenían los ejercicios militares: “por ser fundamentales en la creación del valor cívico y ser la más segura defensa del Estado”81. El propio Jenschke indicaba que convenían ser complementados a través del uso de armas, el cual: “debía darse una vez que el alumno haya adquirido previamente la fuerza y destreza gimnástica suficiente como para manejar el fusil”82. Asimismo, se estableció la necesidad de contar con locales especialmente acondicionados para su práctica, y planteándose por primera vez la necesidad de formar profesores especializados, siguiendo los modelos de países como Alemania o Suecia83. NUÑEZ, José Abelardo. Catálogo de la exposición de material escolar. Santiago, Imprenta Nacional, 1885. 39 p. 78 Ibíd. p. 6. 79 Ibíd. p. 39. 80 RESUMEN DE LAS DISCUSIONES, actas i memorias presentadas al Primer Congreso Pedagógico: celebrado en Santiago, Septiembre de 1889. Santiago, Imprenta Nacional, 1890. 81 Ibíd. p. 64. 82 Ibíd. p. 66. 83 Ibíd. pp. 67-68. 77 30 Las nuevas reglamentaciones hechas por el Consejo de Instrucción Pública durante la década de 1890, y el desarrollo de instrumentos y material de apoyo como los textos de estudios, fueron la base para que Jenschke se consolidase como principal impulsor de los saberes en torno a la educación física a partir de esta década. La Guía de jimnasia escolar: para el uso de los liceos i escuelas de ambos sexos (1894) y la Metodolojía Especial de jimnasia (1896), fueron adjudicadas por concursos públicos y difundidos en todas las escuelas primarias del país, con un tiraje continuo hasta las primeras décadas del siglo XX84. Dichos manuales contemplaban un programa general de ejercicios para todos los niveles los cuales aumentaban de complejidad año a año y que eran divididos en: ejercicios ordinales, como marchas, formación de columnas, ejercicios ejecutados en fila; ejercicios libres, como elevaciones de brazos, pasos alternados, vueltas y brincos; además de ejercicios en aparatos y juegos infantiles como “el zorro a la cueva”; “pillar al ladrón” o “arrienda Ud. un cuartito”85. Asimismo, y como parte importante para la aplicación de estas actividades, se consideraba la utilización de un guión de mando, en los que se indicaban los énfasis de voz con que debían realizar las clases los profesores del ramo. Este último punto ponía en consideración el acercamiento militar que había detrás de las clases de educación física. Así por ejemplo: “Fila, alinearse por la derechaFIRME!, los números unos seis, los doses tres pasos a vanguardia-MARCHEN!, las manos sobre las caderas-PONGAN!, el mismo ejercicios con el pie derechoya,…ALTO!”86. Es decir, la militarización a la cual aludía Jenschke estaba basada en el modelo alemán expuesto por el teniente prusiano Friedrich Ludwig Jahn, una de las voces más autorizadas de la época para fundamentar un tipo de exigencia física acorde con las necesidades del escenario socio-político no solamente europeo sino que también latinoamericano de fin de siècle. SILVA, Josefina y CONCHA, Alejandra. Op. Cit. p. 233. JENSCHKE, Francisco. Guía de Jimnasia escolar: para el uso de los liceos y escuelas de ambos sexos. Santiago, Imprenta Cervantes, 1894. 125 p. 86 Ibíd. p. 18. 84 85 31 De la misma forma, en 1895 Jenschke se encargaría de diseñar y realizar los primeros cursos de especialización de educación física hacia los estudiantes del Instituto Pedagógico. El plan de estudios contemplaba cursos aplicados a la anatomía del cuerpo humano, metodología gimnástica, historia, literatura sobre gimnasia, y el adiestramiento en técnicas formativas, especialmente en barras, trampolín y argollas87. Pese a que el curso tuvo alrededor de tres años de funcionamiento, y un total de 12 alumnos formados en la especialidad, la escasez de recursos y la falta de entusiasmo dentro del alumnado hicieron que las clases fuesen suprimidas en 189888. El cambio de siglo vaticinó nuevos cambios a la estructura inicial propuesta por los batallones escolares89. Aunque se mantuvo el interés por los desfiles y representaciones militares, éstas decrecieron en importancia al imponerse una enseñanza científica y pedagógica de la educación física como parte del surgimiento de una “educación integral”90. Con la aprobación definitiva del Reglamento de Instrucción Primaria de 1898, la cual incluía las asignaturas de canto y gimnasia como obligatorias91, y la asignación en los planes de estudios para las escuelas nacionales de 1901 de cuatro horas semanales de gimnasia para el primer año de primaria; dos horas semanales entre segundo y cuarto, una hora semanal entre quinto y sexto; y dos veces a la semana en los liceos 92, la educación física se transformaba definitivamente en una asignatura escolar, dejando de ser tan solo un agente para la preparación militar, convirtiéndose en un conjunto de saberes y prácticas transmitidas por nuevos especialistas. JENSCHKE, Francisco. Programa de jimnasia para el Instituto Pedagógico. Santiago, Imprenta Nacional, 1895. 12 p. 88 RUIZ Urbina, Antonio. Op. Cit. p. 1534. 89 MARTÍNEZ, Felipe. Op. Cit. pp. 323-325. 90 Gran parte de esta influencia provendría del inglés Herbert Spencer (1820-1903). Este autor expone sus principales ideas sobre la educación integral: intelectual, física y moral, destacando en lo referente a la educación física el retorno a la naturaleza como una condición indispensable para la prosperidad nacional y la formación de un carácter. 91 ANUARIO DEL MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA: disposiciones relativas al servicio de instrucción primaria. Santiago, Imprenta Nacional, 1898. 50 p. 92 SILVA, Josefina y CONCHA, Alejandra. Op. Cit. p. 234. 87 32 FABRICAR UN OFICIO: EL INSTITUTO DE EDUCACIÓN FÍSICA En 1893, tras cuatro años de estudios en Europa, el profesor normalista Joaquín Cabezas retornaba al país luego de haber sido comisionado por el Gobierno para el estudio de los diversos sistemas de educación física 93. Su viaje contempló visitas a diversos establecimientos tanto en Bélgica, Francia, Dinamarca y especialmente Suecia. En este último país inició su recorrido estudiando en la Escuela Normal de Trabajo Manual Educativo de Nääs para posteriormente trasladarse a la capital de dicho país a seguir los estudios complementarios en el Real Instituto Central de Estocolmo, lugar en donde se desarrollaba el método gimnástico con base científica, elaborado por el sueco Pehr Ling. La llegada de Cabezas al país se daría en una serie de transformaciones que se comenzaban a gestar en torno a la educación física, en los que junto con la integración al plan de estudios de ramos técnicos, se iría incorporando al currículum oficial en los tres niveles escolares; el primario, el secundario, y las escuelas normales. La consolidación de la disciplina se produjo con la formación de personal especializado a partir de la creación del Instituto de Educación Física (IEF) en 1906. Dirigido por Joaquín Cabezas, este sería el punto de partida para fabricar un nuevo oficio: el “profesor de educación física”. Inicialmente, el regreso de Cabezas no concitó interés público. Debido al predominio de Jenschke como el principal experto educativo en la materia, su labor tardaría casi una década en ser reconocida. Asimismo, el desconocimiento y desconfianza que existía sobre Suecia como referente pedagógico generaron resistencias dentro del contexto nacional. Su llegada como profesor de educación física al Instituto Nacional en 1894 sería la plataforma para promover y difundir su trabajo públicamente. Esto sería recién en 1902, cuando en conjunto con el rector de la Universidad de Chile, Manuel Barros Borgoño, presentaron al Consejo de Joaquín Cabezas (1867-1948) fue una de las figuras insignes en torno a la institucionalización de la educación física dentro del país. Introductor del deporte moderno y su reglamentación en Chile, Cabezas formaría parte de diversas asociaciones tanto en el futbol, el ciclismo como el scoutismo. Ver: GÓMEZ, Eliana. Contribución al estudio de la obra y personalidad de don Joaquín Cabezas. Santiago, Escuela Nacional de Artes Gráficas, 1950. 89 p. 93 33 Instrucción Pública la propuesta de agregar cursos como educación física, dibujo y trabajos manuales al plan de estudio del Instituto Pedagógico94. En ese mismo año, el “Segundo Congreso Nacional de Educación”, resultó clave para vislumbrar los cambios que tendría la educación física durante las siguientes décadas. Las controversias entre el método alemán y sueco, fueron el escenario para que Jenschke y Cabezas presentasen sus argumentos y posiciones. El primero, en ese entonces profesor y sub-director de la Escuela Normal defendía el método alemán, de fuerte influencia militar, al señalar que estos ejercicios tenían la capacidad de “transformar las naciones en pueblos vigorosos i valientes, inteligentes i morales”95. Por su parte, Cabezas, en el marco de una educación integral, recalcaba la importancia de difundir y adoptar el sistema sueco, ya que era una de las mejores metodologías para lograr un efecto terapéutico en los infantes: “no es el predominio de la cultura física sobre la enseñanza intelectual lo que deseo para los niños chilenos, sino el justo equilibrio en el desarrollo armónico del cuerpo”96. Estas discusiones acerca del lugar que debía ocupar la educación física también fueron promovidas desde grupos y círculos intelectuales. Especialmente a raíz de la formación de la ANE en 1904, organizada por el Dr. Carlos Fernández, se comenzaron a dictar una serie de conferencias, en los que invitados como Cabezas, Jenschke, entre otros, debatieron los alcances de los diversos sistemas y la cobertura que debía tener la educación física escolar a nivel nacional 97. Tanto los congresos como las discusiones de dichos grupos tuvieron incidencias a nivel gubernamental, enviándose un proyecto de ley al Congreso, el que fue promulgado en 1906 y que anunciaba la apertura del denominado “Instituto Superior de Educación Física y Manual”98. GUARDA, Sergio. Op. Cit. pp. 14-15. CONGRESO GENERAL de Enseñanza Pública 1902: actas i trabajos. Santiago, Imprenta y Litografía i Encuadernación Barcelona, 1904. p. 359. 96 Ibíd. pp. 216-217. 97 “La educación física en los liceos nacionales”. Revista de la Asociación de Educación Nacional, Santiago, N° 5, Noviembre de 1905. pp. 213-214. 98 RUIZ Urbina, Antonio. Op. Cit. p. 1543. 94 95 34 El IEF pasó a depender directamente del Ministerio de Instrucción Pública, siendo designado Joaquín Cabezas como su primer director y el encargado de elaborar los planes de estudio. Sin embargo, el marco institucional chileno no ofrecía un campo propicio para el desarrollo autónomo de la educación física. Por lo que desde sus inicios, Cabezas presentó un programa en el que además de la educación física, la cual contemplaba sub-cursos de anatomía, fisiología, higiene, mecánica del movimiento, gimnasia práctica y teórica, se le agregaban conocimientos generales de trabajos manuales, dibujo, caligrafía, slöjd, cartonaje primario, carpintería, economía doméstica, y taquigrafía, los cuales debían ser desarrollados a lo largo de doce horas semanales en un periodo dos años. Es decir, la definición e institucionalización del oficio de “profesor de educación física” durante estos primeros años debía legitimarse bajo habilidades y competencias orientadas a los oficios y ramos técnicos. Funcionando inicialmente en dos edificios arrendados en la calle Prat, a los pocos años se hizo insuficiente dada la creciente cantidad de alumnos matriculados. Según los cálculos entregados por Silva y Concha, la apertura del IEF tuvo un impacto significativo en el universo del profesorado normalista y secundario que deseaba especializarse. En comparación con el Instituto Pedagógico, entre 1906 y 1912 el promedio de profesores inscritos alcanzó un promedio de 269 alumnos, mientras que para el segundo llegó solo a 208,4 alumnos99. Este hecho motivaría el traslado en 1910 hacia los terrenos de la calle Morandé 750, situado en las cercanías del río Mapocho100. Al cambio de sede, se le sumaba dos años después, en 1912 la elaboración de un nuevo reglamento esta vez aprobado por el Consejo de Instrucción Pública, en donde se aumentaba el tiempo destinado a su enseñanza de dos a tres años, y se producía una mayor oferta curricular agregando nuevos cursos como música vocal, dactilografía, pedagogía teórica y práctica, psicología, francés, historia, educación cívica, nociones de legislación escolar, puericultura, 99 SILVA, Josefina y CONCHA, Alejandra. Op. Cit. p. 241. GUARDA, Sergio. Op. Cit p. 16. 100 35 contabilidad, y principalmente se consolidaba la influencia teórica de la fisiología francesa, de autores como Tissié, Demeny o Lagrange, en los contenidos del Instituto en temáticas como fisiología del ejercicio o mecánica del aparato locomotor101. Sobre estos últimos, Cabezas era enfático en destacarlos en una entrevista concedida a la Revista de la ANE, ya que reafirmaban las competencias científicas en la formación del alumnado, subrayando que: “el futuro profesor de jimnasia [conocerá] en detalle las piezas de la máquina que debe mover (…) en consecuencia sus estudios comprenderán la anatomía, la fisiología y la hijiene” 102. Este plan no solamente contempló cambios a nivel metodológicos, sino que también implicó un crecimiento a partir de la obtención de mayores recursos y la adquisición de nuevos materiales para la enseñanza. Para 1907, la planilla de presupuestos del IEF alcanzaba solamente a los 9.814 pesos, consignados al pago de profesores, arrendamiento, y materiales para la enseñanza de los cursos de higiene, dactilografía y economía doméstica. Mientras que en 1916 estos montos alcanzaban los 100.065 pesos, es decir un aumento de diez veces, destinados principalmente para ramos como economía doméstica, química, dactilografía, antropometría, mecánica, y trabajos en madera, metal y cartonaje103. Las conexiones entre Cabezas y el IEF demostraban el consenso que se tenía en tomar a las metodologías suecas como modelo de enseñanza, y así lo aseguraban las asignaturas de trabajos manuales, gimnasia y economía doméstica que eran adoptadas en base a los modelos de las escuelas de Nääs, Estocolmo y Upsala respectivamente104. Sin embargo, la incorporación de ramos como la enseñanza del dibujo y la taquigrafía, los cuales fueron aplicados bajo la metodología elaborada por la Kunt Schule de Berlín105, dejaban en evidencia que la implementación de saberes dentro del Instituto no fue un proceso que privilegió ARNADME. Vol. 2993, 1912. “El Instituto de Educación Física”. Revista de la Asociación de Educación Nacional, Santiago, Tomo VI, Agosto de 1913. p. 318. 103 ARNADME: Vol. 2323, Abril de 1907; Vol. 3485, 1916. 104 INSTITUTO SUPERIOR DE EDUCACION FISICA: prospecto. Santiago, Imprenta Universitaria, 1917. 63 p. 105 Ibíd. p. 26. 101 102 36 el aprendizaje de los conocimientos con base sueca, sino que también introdujo ciertos tópicos ligados a la enseñanza alemana, específicamente en torno a la educación de oficios técnicos, en base a las necesidades de un mercado educativo nacional que requería de las capacidades expertas tanto de profesores de educación física como de digitadores o dibujantes. Hacia fines de la segunda década del siglo XX, las competencias específicas y el fortalecimiento público que tuvo el Instituto fueron aspectos claves para convencer y persuadir a las autoridades educativas sobre la importancia que tenía su labor. Este hecho se ejemplificaría en 1918, cuando el IEF se reconoció bajo el estatuto de “escuela universitaria”. Esto significó un cambio institucional y un reconocimiento formal por parte de las agencias estatales, en donde no solamente pasó a formar parte de la Universidad de Chile a través de su Facultad de Filosofía y Educación, sino que también a todos los egresados de la carrera se les confería el el título de profesor de Estado, teniendo las mismas prerrogativas que los alumnos formados en el Instituto Pedagógico106. Asimismo, este hecho contempló la reorganización de los planes de estudio en cuatro ejes principales: educación física (anatomía, higiene, fisiología, mecánica del movimiento, juegos pedagógicos y deportivos, baile y natación); trabajos manuales (plegado, cartonaje, carpintería, trabajos en mental); economía doméstica (contabilidad del hogar, trabajos prácticos de cocina; estudio de los alimentos, química de la alimentación); dibujo y caligrafía (anatomía de las formas, dibujo lineal y natural, pintura, historia del arte y modelado; música vocal, taquigrafía y dactilografía107. De esta forma, la creación del IEF durante las primeras dos décadas del siglo XX, implicó una nueva posición de la naciente disciplina y de quienes definieron su competencia como profesores de educación física. Sin embargo, grupos profesionales y de interés también se harían parte en la administración y validación de los conocimientos en torno a los cuerpos en movimientos. MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. pp. 24-25. UNIVERSIDAD DE CHILE: Memoria plan de estudios i reglamento del Instituto Superior de Educación Física correspondiente al año 1918. Santiago, Imprenta Universitaria, 1919. 36 p. 106 107 37 GRUPOS PROFESIONALES Y LA EDUCACIÓN FÍSICA En 1912, y luego de constantes iniciativas por reunir a agrupaciones que difundieran las actividades físicas en espacios diferentes a los escolares, se creaba la Liga Chilena de Educación Física (LCEF). Fundada por Joaquín Cabezas, su creación venía precedida de los acuerdos realizados en Odense, Dinamarca, durante el Congreso Internacional de Educación Física de 1911, en los que se contemplaba, incluyendo Chile, la importancia de divulgar un programa internacional y científico de educación física a través de diversas agrupaciones locales. Igualmente, de la mano de la creación de la LCEF, se encontraría también la Revista de Educación Física, iniciativa desarrollada por el profesor Guillermo Martínez desde 1912, y que se constituiría como el soporte de difusión material del grupo. Los vínculos de mutuo aprecio entre Cabezas y Martínez, los cuales eran demostrados en la revista mediante las cartas de colaboración, y de una línea editorial que privilegiaba el desarrollo de temas relativos a la gimnasia sueca, sus implicancias higiénicas-fisiológicas, y particularmente su importancia “en el hogar, en la escuela, el cuartel, en las sociedades i centros obreros”, permitió enlazar la propuesta la LCEF canalizándola a través de dicha revista108. Específicamente la LCEF, pretendía desarrollar y fomentar las actividades de “todas las sociedades que se interesaban por las actividades físicas, ya sea su estudio o su práctica cotidiana, ayudando e incentivando la formación de nuevas agrupaciones ligadas a la estética, la cultura física y militar”, enfatizando que “la educación física debe cooperar con la educación intelectual i moral para acrecentar la enerjía individual i colectiva de la raza chilena”109. Constituida bajo un modelo de sociedad con estatutos, títulos, modalidades de participación y cuotas de incorporación, la LCEF buscaba captar la mayor cantidad de socios permanentes para el financiamiento de sus actividades110. En este sentido, es “Liga Chilena de Educación Física”. Revista de educación física, Santiago, N° 1, Mayo de 1912. pp. 15-17. 109 “La Liga Chilena de Educación Física”. Revista de educación física, Santiago, N° 2, Junio de 1912. pp. 57 -58. 110 “Estatutos”. Revista de educación física, Santiago, N° 3, Julio de 1912. pp. 78-81. 108 38 significativo el número de afiliados que tuvo la LCEF durante este periodo, los que ascendiendo al centenar de personas, agruparon a una red de profesores de instrucción primaria y secundaria que iban desde ciudades como Arica, Antofagasta, La Serena, San Felipe, Quillota, hasta Rancagua, Chillan, Concepción, Temuco o Punta Arenas111. Por otra parte, a través de la Revista de Educación Física, se establecían convenios de canje y suscripciones con diarios del ámbito nacional como La Mañana, Sport i Actualidades o el Boletín de la Sociedad de Fomento Fabril, y del ámbito extranjero en publicaciones de Argentina y Uruguay, como La Revista de Instrucción Primaria o los Anales de la instrucción primaria, respectivamente, y especialmente en Suecia con la SvenskLararetidning; la Nordiskt idrottslif o la Tidskrift i Gymnastik. Este hecho permitió no solo ampliar el rango de distribución de la revista, sino que también la propuesta científica que tenía el grupo en torno a las diversas actividades físicas. En paralelo a la LCEF, se encontraba también la Unión de Profesores de Educación Física (UPEF), agrupación creada en 1909 por un grupo de egresados del IEF, profesores sin certificación oficial y simpatizantes de los concursos atléticos como Oscar García, Máximo Kähni, Rómulo Vargas y Oscar Mossó. Si bien contenía puntos similares que acercaban su trabajo a la LCEF, como enfatizar el valor científico de la educación física en la escuela, o uniformar los programas enseñanza de la gimnasia en los colegios, la UPEF construyó una propuesta diferente a la de este grupo, al incorporar elementos como “la organización del tiro escolar”, y el apoyo a ligas contra “el tabaco, la tuberculosis y la embriaguez”112. Del mismo modo, contuvo el apoyo de organizaciones vinculadas al ámbito deportivo como la Federación Sportiva Nacional (FSN); en colectividades de inmigrantes alemanes en Santiago y Valparaíso como la Deustcher Turnverein (DT); y de académicos residentes en el país como Teodoro Muhm y Max Westenhoffer, ambos profesores de fisiología experimental y “Nuestros socios”, Revista de educación física, Santiago,N° 5, Septiembre de 1912. pp. 125127. 112 UNION DE PROFESORES DE EDUCACIÓN FÍSICA: La IIIa Gran Revista de Jimnasia. Santiago, Imprenta Universitaria, 1911. p. 4. 111 39 anatomía patología de la Facultad de Medicina de la U. de Chile, y de Guillermo Mann, director del Laboratorio de Psicología Experimental del Instituto Pedagógico113. En particular, la UPEF gestionaría la venida al país de delegaciones extranjeras, especialmente de Argentina, para que compitiesen con las selecciones nacionales, y sobre todo promocionando la realización de las denominadas “revistas de gimnasia”. Realizada en las dependencias del Club Hípico el año 1911, sus repercusiones indicaba la UPEF tuvieron un gran éxito en la comunidad escolar: “importante, bajo todos los conceptos, resulto la gran revista de gimnasia organizada i dirijida por la Unión de Profesores de Educación Física con la cooperación de los clubs gimnásticos alemanes de Santiago i Valparaíso. Más de 2.000 niños de las escuelas públicas superiores, de los liceos i colejios particulares, tomaron parte en este interesante concurso gimnástico” 114. En este punto, y a diferencia de lo que promovía la LCEF, la UPEF incentivó como un elemento fundamental la incorporación de los concursos atléticos y los deportes a la educación física. Siendo presentado como un medio de perfeccionamiento “usado en el comercio, en las artes, o en las ciencias”, enfatizaba la UPEF que los concursos “pueden ser un instrumento pedagójico apropiado para estimular a la acción i a la lucha para exhibir los progresos realizados en las aulas, i bajo la influencia de los métodos, para coronar la obra de restauración física i social que se propone la cultura física bien entendida”115. En los años siguientes, una de las iniciativas que tuvo mayor acogida por poner en práctica la idea de poner una gimnasia al alcance de diversos sectores populares, fue el Club de Gimnasia Científica (CGC), creado en 1924. Compuesto por un grupo de ex alumnos del IEF, como José Porras, Víctor Seguel, Emilio Morales, Lisandro González y Humberto Díaz, y bajo el apoyo de un directorio honorario conformado por los profesores Joaquín Cabezas, Guillermo Martínez y Oscar García, el CGC se incorporó como parte de las actividades de extensión del ANUARIO SPORTIVO de Chile: 1909. Santiago, Imprenta San Buenaventura, 1910. pp. 12-13. UNION DE PROFESORES DE EDUCACIÓN FÍSICA. Op. Cit. p. 3. 115 Ibíd. p. 9. 113 114 40 IEF subrayando los elementos científicos que tenía para su puesta en marcha, “porque está basada en los principios universales de la anatomía, la fisiología y la higiene”116. Con el fin de evitar “los graves inconvenientes y peligros a que están expuestos los atletas y deportistas de nuestros días que carecen de orientación en la materia”, y además de convertirse un poderoso agente regenerador ante los desenfrenos que presentaban “la cantina, el prostíbulo y los demás vicios tentadores que aniquilan paulatinamente nuestra raza”, el CGC realizó conferencias periódicas, en las que acentuaba la labor formativa y educativa que había detrás su trabajo, y cursos gratuitos de gimnasia hacia estudiantes, empleados y obreros que no podían costearse los clases, además de actividades para los socios activos que mantenían un convenio de pago que les permitía acceder permanentemente117. Aunque la propuesta del CGC encontró cierto éxito en los años iniciales, las dificultades económicas para mantener el club en el largo plazo, y de “interesar a los diversos grupos de jóvenes” por la práctica de ejercicios, los cursos fueron suprimidos en 1927. Las propuestas en torno a difusión de la educación física no se limitaron a las iniciativas de agencias y actores privados, sino que también formaron parte de las distintas iniciativas estatales118. Si bien, en 1916 a raíz de la promulgación de la Ley Nº 3087 de Alcoholes que establecía que con “el cinco por ciento de las contribuciones establecidas por la presente lei se destinará exclusivamente a la instalación de campos de ejercicios escolares juegos atléticos o gimnásticos”119, no será hasta 1923 bajo el primer mandato de Arturo Alessandri, que por el Decreto Nº 1547 creaba la Comisión Nacional de Educación Física (CNEF), uno de los primeros organismos consultores del área y dependiente del Ministerio de Instrucción Pública120. Siendo constituido por diversas autoridades del ámbito EL CLUB DE GIMNASIA CIENTIFICA. Santiago, Imprenta El Esfuerzo, 1926. p. 26. Ibíd. p. 26 118 MATSUO, Shunsuke. 'Divisiones que nunca faltan en este país': el cisma deportivo de 1923 y la institucionalización del deporte chileno. Inédito, 2014. 119 MUÑOZ Funck, Cristian. Op. Cit. p. 24. 120 MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. p. 27. 116 117 41 público como el presidente de la Confederación Chilena de Deportes; el director del IEF; el decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile; representantes del consejo de educación primaria, del Ministerio de Guerra, y del ámbito privado como de la LCHS, la Liga Nacional contra al Alcoholismo, dirigentes scouts, y cinco miembros designados por el presidente121. Los objetivos de la comisión fueron amplios, ya que iban desde “organizar, mantener y fomentar en todo el país una propaganda científica en favor de la higiene y temperancia de la educación física, a través de libros, folletos, conferencias y cursos especiales; fomentar la fundación de campos de juegos, plazas vecinales de ejercicios físicos, gimnasios y baños”, hasta propender a la formación y mantenimiento “de clubes de juegos, de gimnasia y de atletismo para aficionados y profesionales”, controlando la organización de estos de acuerdo a las normas científicas del mejoramiento de la raza122. Dos años después, en 1925, se establecieron nuevas comisiones y departamentos técnicos que pretendieron mejorar y potenciar las políticas públicas en torno al fomento de la ejercitación. Por un lado el Consejo Superior de Educación Física y Moral (CSEFM) bajo el Ministerio de Hijiene, Asistencia i Previsión Social, sucesor de la antigua CNEF dotado de mayores facultades administrativas, y por el otro lado, a partir del Decreto Ley de “Defensa de la raza” N° 355 que contempló la creación de la División de Higiene Social, con un subcomité especializado de educación física y moral, que tuvo funciones educativas, fiscalizadoras y curativas hacia niveles comunales123. Más allá de la efectividad que pudieron haber tenido dichas iniciativas, la creación de diversas organizaciones, asociaciones y comisiones tanto a nivel público como privado, ponen en evidencia cómo un conjunto de agentes y actores nacionales postularon sus propias definiciones, y discutieron al mismo tiempo las implicancias políticas y pedagógicas que había detrás de la realización de la educación física. ARNADME, Vol. 4389, Noviembre de 1923. Ibíd. 123 ROJAS Flores, Jorge. Op. Cit. p. 366. 121 122 42 JOAQUÍN CABEZAS: ENTRE LA DISPUTA, LA CONSOLIDACIÓN Y LA CONTROVERSIA Indiscutiblemente, la posición de Cabezas en estos años se vio reforzada con la creación de un complejo entramado de vínculos que acercaron su trabajo a funcionarios, e instituciones públicas y privadas, convirtiéndose en el máximo vocero autorizado sobre cuestiones referidas a la educación física durante las primeras dos décadas del siglo XX. Prestigiosas autoridades pedagógicas y políticas como José Alfonso, Carlos Silva Cruz, Manuel Salas Lavaqui o Arturo Alessandri Palma situaron a Joaquín Cabezas en un lugar central de la educación física chilena. Siendo referenciado como el “auténtico” creador y el “máximo” responsable de esta disciplina escolar, cualquier consulta o requerimiento sobre sus posibilidades educativas e higiénicas pasaban por él. En pocos años, se convirtió en el autor que más escribió en relación a la temática, materializada en las distintas obras, ya sea en artículos de opinión en medios de prensa, proyectos de reformas o manuales escolares124; o siendo delegado del gobierno ante los Congresos Internacionales de Educación Física en 1902, 1905 y 1913. De igual manera, su permanencia como director del IEF le proporcionaba los argumentos necesarios para consolidar su matriz higiénica y pedagógica, deslegitimando al mismo tiempo otras alternativas que estaban circulando. Sin embargo, esto último encontraría resistencias y cuestionamientos en una serie de actores que cuestionaron los valores que se encontraban detrás de su metodología de enseñanza. Por lo que durante este periodo, tanto los contenidos seleccionados para delinear a la educación física en los distintos niveles escolares, y así como las competencias necesarias para la formación de los futuros profesores, dieron cuenta de las tensiones, disputas y controversias que la educación física chilena experimentó durante los primeras tres décadas del siglo XX. 124 Entre los principales textos se destacaron: CABEZAS, Joaquín. El ejercicio en el adulto y sus efectos higiénicos. Santiago, [s.n.], 1898. 7 p; La Instrucción Primaria obligatoria en Bélgica. Santiago, Imprenta. Universitaria, 1917. 15 p; Tratamiento de gimnasia educativa, Santiago, Sociedad Impr. y Lit. Universo, 1927. 546 p. 43 Desde su retorno al país en 1893, Joaquín Cabezas había hecho pública su oposición a la gimnasia alemana. Fue en las conferencias realizadas por la Sociedad de Instrucción Primaria (SIP), órgano del Consejo de la misma área, en donde comenzó a criticarla, al señalar que sus características en torno a la enseñanza infantil se caracterizaban por una excesiva preocupación “en el aumento de la fuerza muscular”125. Si bien, esta gimnasia permitía obtener un endurecimiento físico, acostumbrando al niño a una disciplina rígida, era desfavorable para el desarrollo del cuerpo infantil debido a su excesivo militarismo. La educación física metódica sueca, explicaba Cabezas, no solo aventajaría a la alemana por su carácter científico, sino que además “se obtienen resultados hijiénicos; en el desarrollo del tórax, la estensión de los músculos, el aumento de la superficie de frotación de los huesos i la movilidad de las articulaciones”126. Las palabras de Cabezas suscitaron revuelo en la fila de los profesores normalistas. Nicetas Krziwan, en este entonces profesor de la escuela Normal de Chillán, acusaba a Cabezas de entregar una visión negativa de la gimnasia alemana, exacerbando “la negligencia del personal docente” y de “como los maestros alemanes hacen ejecutar los ejercicios”127. En cambio, Francisco Jenschke no tuvo en reparos en menospreciar las capacidades intelectuales que tenía Cabezas al señalar que: “de estas pocas palabras puede deducirse que mi ex-alumno, el señor Cabezas, para recibir su diploma de maestro en jimnástica, ha debido estudiar a fondo los otros sistemas conocidos i examinarlos a la luz de la verdadera ciencia, no ha alcanzado a formarse una idea superficial ni de los ejercicios más sencillos de la gimnasia alemana escolar”128. La opinión de ambos profesores normalistas recalcaba la visibilidad e importancia que tenían los modelos alemanes como componentes esenciales en el aprendizaje escolar nacional hasta los primeros años del siglo XX. “La jimnástica sueca por Joaquín Cabezas”. Revista de Instrucción Primaria, Santiago, N° 13, Agosto de 1893. pp. 52 -57. 126 Ibíd. 127 “Respuesta a Joaquín Cabezas”. Revista de Instrucción Primaria, Santiago, N° 1, Septiembre de 1893. p. 729. 128 Ibíd. p. 556. 125 44 En medio del debate en torno al tipo y legitimidad que tenían dichos modelos, en 1906, el mismo año de la fundación del IEF, Joaquín Cabezas dictaba una conferencia en la Universidad de Chile acerca del origen y desarrollo histórico de los Juegos Olímpicos, a propósito de los celebrados en ese mismo año en Atenas129. Según su opinión, en la última olimpiada la gran triunfadora había sido la delegación sueca, debido “a la uniformidad i corrección admirable que con ejecutaban los ejercicios”130, justificando las ventajas que tenía la aplicación de este tipo de gimnasia con respecto a los demás sistemas ya “que desde el punto de vista racional i teórico del análisis científico, contribuyen con resultados en la conformación, la actitud, i el aspecto de la salud i el vigor” 131. Específicamente Suecia se constituyó en un modelo de referencia para la educación física chilena durante los primeros años del siglo XX132. En este sentido, resulta nítido que sería el mismo Cabezas el que gestionaría la llegada de profesores suecos a establecimientos de enseñanza, como lo fueron los casos de Ruth Kock, profesora de gimnasia de la Escuela Normal N° 1 de Santiago y posterior visitadora escolar del ramo hasta 1927, y de Karl Linderholm en 1911, este último profesor proveniente de Escuela Normal de Nääs, y especialista en trabajos manuales y gimnasia133. Hacia comienzos de la década de 1910, tanto el contexto político como educativo comenzaban a ser favorables para el trabajo de Cabezas. En 1912, y con un mayor reconocimiento público y apoyo por parte de agrupaciones médicas y pedagógicas, como la ANE o la LCHS, presentaba ante el Consejo de Instrucción Pública, un programa definitivo de educación física, contemplado para CABEZAS, Joaquín. Los juegos olímpicos. Anales de la Universidad de Chile 126 (1): 161-201, 1910. 130 Ibíd. p. 184. 131 Ibíd. p. 182. 132 Tanto el profesor y visitador escolar de la educación física Guillermo Martínez, como el Capitán del ejército Ramón Cañas Montalva, rendirían los cursos de especialización en el Real Instituto Central de Estocolmo en 1908 y 1922 respectivamente. Asimismo, se incorporarían a los establecimientos nacionales profesores como los tenientes Lyndholm, Nordqvyst en la Escuela Naval; el teniente Vogel en la Escuela Militar; la profesora Rydell en la Escuela Normal N° 1 de Santiago, y médicos suecos especialistas en gimnasia como los doctores Billing, Jacobson, Lundbgad, Lowenborg y Elsfstrand. Ver: GUTIÉRREZ, Sofanor. Op. Cit. p. 227. 133 ARNADME, Vol. 2918, Octubre de 1911. 129 45 las escuelas primarias y liceos secundarios de todo el país, en la que se establecían las principales normas y conceptos para su aplicación: “Las clases de jimnasia en ningún caso se harán dentro del tiempo de receso en los recreos, y no se harán nunca en ayuno. Los trabajos físicos emplearan solo dos horas, como mínimo, después de las comida i terminaran un cuarto de hora antes de estas (…) La educación física se completa con los juegos, cuyos fines son: aumentar el vigor físico; estimular el gusto por la actividad física; y desarrollar el sentido práctico, la iniciativa y la individualidad”134. La aprobación de este plan por parte del Consejo no estuvo exenta de debates. Debiendo enfrentarse con un contra-proyecto presentando por los profesores normalistas, liderados por Francisco Jenschke “que le daban preferencia al sistema alemán”, y cambios realizados a la cobertura y tiempo dispuesto para las clases, finalmente se concluyó por admitir que la base de la gimnasia nacional sería “el sistema sueco, tomando en cuenta, primero, que ejercita todos los músculos del cuerpo, i, segundo, que no está encaminado principalmente a la formación militar”135. La reafirmación del Consejo por el método de Cabezas legitimó y puso en vigencia su sistema de “gimnasia racional” en las escuelas y colegios chilenos dos años después, cuando en 1915 se publicaba y se afianzaba como lectura obligatoria el Manual de Gimnasia Educativa136. En dicho texto, se comenzaba con una fuerte crítica al sistema educativo vigente, indicando que: “la situación del colegial, clavado en el pupitre de la sala de clases sin mover los brazos ni las piernas, es la misma que presenta el animal enjaulado. Importante es sin duda, desde el punto de vida pedagógica, exijir la movilidad del niño para facilitar el orden en la clase i el trabajo del maestro”137. Haciendo hincapié en el desarrollo de la moral, su propuesta combinaba juegos, excursiones escolares, y ciertos deportes, como el voleyball o el basquetball, todo ellos de acuerdo a las reglas de la ciencia. CABEZAS, Joaquín. Programa de educación física: aprobado por el Consejo de Instrucción Pública en sesión de 2 de diciembre de 1912. Santiago, Imprenta Cervantes, 1912. pp. 25-30. 135 MEMORIA UNIVERSITARIA: correspondiente a 1912. Santiago, Imprenta, Litografía i Encuadernación Barcelona, 2013. p. 8. 136 CABEZAS, Joaquín. Manual de gimnasia educativa, Santiago, [s.n.], 1915. 300 p. 137 Ibíd. p. 4. 134 46 Por el contrario, los deportes de competición masiva no aparecieron como una práctica central en los planes de clase elaborados por Cabezas. Recalcaba la ventaja de los juegos pedagógicos, ya que desde el punto de vista educativo, los campeonatos individuales y la búsqueda de los récords, impedían el desarrollo armónico de todo el organismo. Los juegos atléticos, la lucha romana y el boxeo, eran instancias que para Cabezas “conducen fácilmente a la exageración i desvirtúan aún más el fin elevado de la educación física138. Dado el éxito y continuidad de sus versiones escolares, en 1922 y bajo la apoyo de la Librería inglesa “Hume & Walker”, Joaquín Cabezas ponía al mercado la segunda edición de su Manual de Gimnasia Educativa139. Con un volumen de 400 páginas y con más de 300 ejercicios descritos, clasificándolos de acuerdo a “los principios científicos de la escuela sueca”, el objetivo del texto, como se explicaba en su prefacio estaba enfocado hacia diversos públicos de interés: “el libro, es pues, de utilidad manifiesta para los profesores de instrucción primaria, secundaria y normal, para los oficiales del ejército y para las personas que aman la niñez y estiman la belleza y armonía del cuerpo humano. Este libro no debe faltar en ninguna biblioteca”140. El interés por este tipo de productos, permite comprender la autoridad con que se presentó Cabezas ante los consumidores en este tipo de materias, sobre todo para quienes no poseían los conocimientos y fundamentos científicos que tenía la práctica de la gimnástica. Más allá de su retórica, lo concreto fue que la propuesta de Cabezas se fue consolidando durante las primeras dos décadas del siglo XX. Sin embargo, la llegada del golpe militar encabezado por el General Carlos Ibáñez del Campo en 1927, configuró un nuevo escenario. Apartado del IEF y jubilado de oficio, la posición pública de Joaquín Cabezas marcaría el comienzo de su retiro. Si bien volvería en 1935, nuevas instituciones y emergentes referentes entrarían al campo de la educación física. Ibíd. p. 11. CABEZAS, Joaquín. Manual de Gimnasia Educativa: prospecto. Santiago, Hume & Walker, 1922. 450 p. 140 Ibíd. p. 4. 138 139 47 CAPÍTULO III MÁQUINAS GIMNÁSTICAS, DISPOSITIVOS TERAPÉUTICOS: LOS MODELOS DE LA ANTROPOMETRÍA Y KINESIOTERAPIA Los aparatos facilitan los procedimientos de gimnasia, haciéndolo desde el primer momento grato, y hasta entretenido. Se aprecian los progresos, y ello es solo el mejor estímulo que el gimnasta puede hallar como compensación a sus trabajos. Ello y el convencimiento de un progreso, de un mejoramiento que, al neutralizar todos los defectos perjudiciales, devuelve al organismo su equilibrio perfecto y con él el sentido de optimismo para la lucha por la vida141. De forma paralela a los discursos teóricos sobre el ejercicio durante fines del siglo XIX y los comienzos del XX, se desarrolló todo un arsenal tecnológico tanto para el diagnóstico como el tratamiento de las funciones corporales, favoreciendo el diseño y la construcción de una gran variedad de dispositivos gimnásticos orientados hacia el mantenimiento y la recuperación de la salud. El objetivo de este capítulo es analizar cómo se articuló la producción del conocimiento sobre la ejercitación del cuerpo desde los comienzos del siglo XX a través de dos tipos de tecnologías gimnásticas específicas. Por un lado, las desarrolladas por la antropometría, prácticas de medición que incorporaron a los instrumentos como actores clave en las pretensiones de universalidad en la configuración del conocimiento científico sobre el cuerpo, y por el otro lado, máquinas de tratamiento kinesiológico, las que a través de su utilización moldearon y reconfiguraron nuevas fisionomías en sujetos, bajo la lógica de un cuerpo que debía estar en constante movimiento. 141 “La gimnasia casera”. Los Sports, Santiago, N° 323, 17 de Mayo de 1929. p. 9. 48 “DEBEMOS RECONOCER EL CUERPO DEL NIÑO CHILENO…” LEOTARDO MATUS Y LA ANTROPOMETRÍA “Debemos reconocer el cuerpo del niño chileno antes de dictar las leyes que regirán su educación”, fueron las palabras que en Octubre de 1911, durante unas de las sesiones de la ANE Leotardo Matus142, profesor de educación física del Internado Barros Arana, presentaba los primeros resultados del estudio denominado “Antropometría del niño chileno”143, en donde reconocía la conveniencia de “implantarla como medio de observación psico-física en todos los establecimientos de enseñanza”144. Si bien, el trabajo de Matus sería uno de los primeros en el país en investigar el proceso adaptativo del organismo durante a las actividades físicas, lo interesante de su estudio es que todas sus mediciones y datos obtenidos se definieron a partir de un registro mediatizado por instrumentos. Dichas maneras de observar al cuerpo no solamente determinaron las formas de entender los efectos de la ejercitación, sino que también pusieron en conflicto las posibilidades de producir una observación científica en torno a este. Desde finales del siglo XIX, las demostraciones acerca de la eficacia que tenían las mediciones antropométricas fueron ampliamente discutidas por médicos y educadores europeos y norteamericanos, quienes desarrollaban sus propios sistemas para el estudio experimental del ejercicio145. En forma paralela, se comenzaron a diseñar los primeros instrumentos que buscaban obtener información acerca de la estructura del cuerpo humano. Ya sea la cinta métrica, cartómetros, o espirómetros, todo este tipo de objetos fueron definidos como símbolos de precisión para determinar elementos clave del cuerpo: el porte, la fuerza física, los músculos o la disposición del esqueleto146. Leotardo Matus Zapata (1877-19?), fue profesor de educación física del Internado Nacional Barros Arana. Sus estudios antropométricos, lo llevaron a ser encargado desde 1914 de la Sección de Antropología y Etnología del Museo Nacional de Santiago (Historia Natural), siendo comisionado a Europa para realizar estudios en diversos Museos de Francia, Alemania y Bélgica. 143 MATUS, Leotardo. Antropometría del niño chileno. Santiago, Impr. Cervantes, 1911. 52 p. 144 “Memoria del año 1911”. Revista de la Asociación de Educación Nacional, Santiago, N°1. p. 84. 145 PARK. Roberta. Physiologists, Physicians, and Physical Educators: Nineteenth Century Biology and Exercise, Hygienic and Educative. Journal of Sport History 14 (1): 44-45, 1987. 146 HOLT, Richard y VIGARELLO, Georges. Op. Cit. p. 307. 142 49 En una conferencia dada en Argentina en 1910, Matus explicaba el origen de sus investigaciones. Señalaba que fue en 1902, a raíz de la contratación de dos profesores extranjeros en el Internado Barros Arana, los que introdujeron las técnicas de medición antropométricas, como una forma de: “determinar los términos medios [corporales] durante las diferentes edades”147. Si bien no detalló quiénes, y bajo qué condiciones se desarrollaron estos procedimientos, ni tampoco cómo llegaron los primeros instrumentos, puede inferirse que Matus durante esos primeros años se enteró de su existencia, y fue adquiriendo aficionadamente tanto el estudio como la técnica necesaria para realizar las mediciones. Su trabajo se inició 1906 y duraría hasta 1911, recogiendo un total de 2.646 observaciones en niños hombres de 10 a 20 años, y que fueron medidos durante tres épocas distintas del año; al inicio, a mediados y a fines del mismo148. Comprendiendo la inscripción de tres tipos de valores específicos pertenecientes a los diámetros y perímetros torácicos, las capacidades vitales, y la fuerza física, estos datos le permitieron a Matus compararlas estadísticamente con las investigaciones obtenidas por prestigios fisiólogos franceses y alemanes, tales como Adolphe Quételet, Jean Nageotte, Leonard Landois y Adolf Zeising, o las realizadas en Norteamérica por la Universidad de Yale149. Todo esto significó un problema inicial para Matus, ya que si bien las estadísticas y mediciones se encontraban estandarizadas, estas no podían ser capturadas bajo las cifras europeas. Así, con el objetivo de dirimir si la diferencia de las medidas chilenas con las europeas era o no patológica, Matus utilizó preferentemente instrumentos como el toracómetro de Demeny, el espirómetro de Barnes, y el dinamómetro de Collin, los que virtualmente tuvieron que ser reinventados en sus usos, para leerse a través de reglas y normas localmente situadas, en este caso las relativas a la raza nacional. MATUS, Leotardo. Conferencia sobre Educación Física dada en Buenos Aires el 3 de Junio de 1910. Santiago, Imprenta Bandera, 1910. pp. 32-36. 148 882 alumnos que medidos tres veces al año hacían un total de 2,646 observaciones. 149 MATUS, Leotardo. “Antropometría del niño chileno”. Op. Cit. p. 9. 147 50 En una primera instancia, Matus procedió a la medición de los diferentes perímetros y diámetros corporales. Registrados a partir de la utilización del toracómetro de Demeny (Imagen 3), instrumento desarrollado por el médico francés Georges Demeny, compuesto de una lámina metálica con forma de arco dividida en dos semi-círculos articulados en las partes laterales por un engranaje, permitía calcular los perímetros y diámetros correspondientes del tórax y la cintura. Controlando los valores obtenidos durante el proceso de inspiración, espiración y la diferencia generada entre ellos, el uso de este aparato, señalaba Matus: “tiene la gran ventaja de permitir inscribir la forma del tórax durante sus diferentes estados, i tomar a un mismo tiempo el perímetro i los diámetro torácicos del individuo”150. Una vez obtenidos los valores de las variables perimetrales y diametrales, Matus procedía a compararlos sobre la base entre niños ejercitados y no ejercitados. Las diferencias en torno a la amplitud respiratoria influenciadas por la actividad física eran notorias en cada grupo, indicando Matus que: “mientras el primer grupo observa una variación que iba en promedio desde 4cm a 5cm, el segundo grupo solamente alcanzaba una amplitud de 2cm”151. El siguiente protocolo abarcó el registro de las capacidades vitales de los pulmones durante el proceso de inspiración, espiración, y el valor diferencial entre estos. El espirómetro de Barnes (Imagen 4), aparato en forma de cubo, indicaba las capacidades pulmonares que tenían los alumnos, es decir, el volumen de aire puesto en movimiento durante el juego de aspiración y espiración forzadas. El procedimiento indicaba que se debían hacer varios ensayos antes de medir su capacidad: “porque hai muchos niños que no saben hacer voluntariamente grandes inspiraciones, otras veces no adaptaban bien el tubo de vidrio o la boca”152. Este hecho lejos de propiciar datos y valores objetivos, reflejaba que la veracidad y del análisis de Matus dependía muchas veces de la adopción de los alumnos al seguimiento de normas y al control de las intenciones, hecho que podía poner jaque el relato y el quehacer científico de su investigación. Ibíd. p. 20. Ibíd. p. 26. 152 Ibíd. p. 41. 150 151 51 Una vez definido el margen de error, el profesor colocaba el espirómetro en cero y el niño introducía en su boca el tubo de vidrio. Una vez que haya hecho esto, señalaba Matus: “inspirará la mayor cantidad de aire posible, levantando su pecho i cerrando con su mano libre las ventanillas de la nariz vaciando lentamente, pero por completo, sus pulmones en el aparato, echando sus hombros hacia adelante i acurrucando cuanto más pueda su caja torácica 153. Llevando a cabo numerosos registros antes y después de la actividad, las anotaciones de estudio eran ilustrativas, ya que le permitían confeccionar gráficos explicativos acerca de las capacidades vitales, y ver sobre todo la influencia que tenían los ejercicios físicos al aire libre, la cual “bien reglamentada tiene una acción directa en las vías respiratorias”154. Si bien para Matus los registros anteriores le permitieron relacionar puntos de referencia sobre diversas funciones y órganos, como los movimientos del tronco, las medidas del tórax, el pulso radial o la respiración, la potencia y resistencia muscular se convirtieron en los indicadores más importantes al momento de evaluar el capital físico colectivo e individual de la población escolar masculina. Con este objetivo, utilizó el dinamómetro de Collin (imagen 5), instrumento que estaba compuesto por una elipse de acero y que permitía calcular la fuerza muscular desplegada a través de su presión manual. Más allá de un simple procedimiento, esta medición adquiría un significado social sobre las capacidades de progreso de la población nacional, poniendo énfasis sobre la especificidad y vigor racial de los estudiantes. Con un tono de satisfacción, en el análisis de la fuerza muscular, Matus concluía que: “estudiando el cuadro anterior, se ve que mis alumnos tienen en todas las edades, mayor número de kilográmetros de fuerza, tanto en la mano derecha como en la izquierda, i que las cifras señaladas por los fisiólogos estranjeros quedan chiquitas al lado de las recojidas entre los niños chilenos”155. Ibíd. p. 10. Ibíd. p. 41. 155 Ibíd. p. 49. 153 154 52 Imagen 3. Toracómetro de Demeny. [MATUS, Leotardo. Antropometría del niño chileno. Santiago, Impr. Cervantes, 1911. BNC.] Imagen 4. Espirómetro de Barnes. [MATUS, Leotardo. Antropometría del niño chileno. Santiago, Impr. Cervantes, 1911. BNC.] Imagen 5. Dinamómetro de Collin. [MATUS, Leotardo. Antropometría del niño chileno. Santiago, Impr. Cervantes, 1911. BNC.] 53 En base a las contribuciones diagnósticas obtenidas a través de objetos, la materialización y aplicación de los resultados fueron más allá de una simple medición. El estudio científico de la “raza chilena”, como lo denominó, ofrecía una importante correlación a las definiciones de la época que señalaban su especificidad156. Al comparar sus resultados con los obtenidos en estudios similares realizados en poblaciones europeas y al comprobar que “la fuerza de los niños chilenos de mi referencia es mui superior a la de los niños estranjeros, lo que resulta todavía mucho más interesante si nos fijamos que, en algunas edades, son de un tamaño menor que los niños de otros países”, Matus concluía que: “el resultado de la medición de las fuerzas venía a demostrarnos que nuestro lema nacional Por la razón o la fuerza, tiene también una razón de ser científica, que en la educación puede traducirse en Mens Sana in Corpore Sano”157. Dichas mediciones físicas no solamente ayudaron a establecer estándares individuales sino que también fueron determinantes para contribuir en lo que se entendía como el avance físico de la población nacional. Este punto llamó la atención al Gobierno, quién hacia fines de 1911 estableció una comisión formada por cuatro expertos, presidida por el doctor Vicente Izquierdo, Decano de la Facultad de Medicina; Guillermo Mann, Director del Laboratorio de Psicología Experimental; Joaquín Cabezas, Director del IEF y la doctora Eloísa Díaz, Jefa del Servicio Médico Escolar, cuyos objetivos estaban en: “estudiar la redacción de la ficha antropométrica i la forma como deben hacerse las mediciones, a fin que se proceda uniformemente en todas partes i poder de esta manera hacer estudios comparativos entre los niños de las distintas zonas de la República”158. En 1915, Matus publicaba en el Boletín del Museo Nacional (Historia Natural) un artículo denominado “Instrucciones para el estudio de la antropolojía araucana”, en el que se describían sus actividades de recolección de cadáveres en diferentes cementerios mapuches. El fin de estas investigaciones era según Matus: “el contribuir a la realización de una descripción científica y definitiva de la “raza chilena”, para saber el lugar que nos corresponde ocupar en la tabla de desarrollo físico de los pueblos, tabla que hoy nadie conoce”. MATUS, Leotardo. Instrucciones para el estudio de la antropolojía araucana. Boletín del Museo Nacional VIII (1): 21-33, 1915. 157 MATUS, Leotardo. “Antropometría del niño chileno”. Op. Cit. p. 50. 158 Fijado por el Decreto N° 4308 del 7 de Noviembre de 1911. ARNADME, Vol. 2866, Noviembre de 1911. 156 54 Asimismo, durante ese mismo año, y como respuesta también a las demandas de una mayor educación de la higiene para la población, el gobierno designó al texto de Matus como parte oficial de los programas de enseñanza primaria, específicamente en torno a la educación física159. Gestionada su comercialización y difusión por el propio Matus, el Ministerio de Instrucción Pública compraba trescientos ejemplares de Antropometría del niño chileno a un precio de 1.50 pesos para distribuirlas en los establecimientos de instrucción primaria, secundaria y superior enseñanza de todo el país. Desde este punto de vista, el autor pretendía asegurar que sus conocimientos adquiriesen vigencia y exclusividad pública, lo suficientes como para vender, legitimar y circular su producto desde la esfera científica en pleno diálogo ante autoridades políticas y pedagógicas. Sin lugar a dudas, la introducción de los instrumentos no solo le permitió a Matus instalar un conocimiento autorizado en torno al cuerpo del “niño chileno”, sino que también convertir sus prácticas de medición estandarizadas en normas y saberes en torno a las cualidades que debía tener un cuerpo "sano" y “normal”. Durante la década del ´20, Matus proseguiría con sus pesquisas esta vez como jefe de los inventarios de las colecciones antropológicas y etnográficas del Museo Nacional de Santiago, desempeñándose hasta 1929. Su influencia permearía escritos e investigaciones, que incorporando los conocimientos de la psicología experimental, la fisiología, la biometría y la biotipología, estas dos últimas en franca articulación con la eugenesia, mantuvieron como un eje central la utilización de esquemas clasificatorios, cartillas, e instrumentos técnicos para la observación y medición de las manifestaciones corporales160. ARNADME, Vol. 2880, Diciembre de 1911. Ver: TORRES, Isauro. Cómo tener y criar hijos sanos y robustos. Santiago, Nascimento, 1926. 341 p; LORENT, Marina. Características del niño chileno. Santiago, Impr. Bellavista, 1926. 54 p; DEL SOLAR, Luis. La defensa del niño en la edad escolar: estudio de nuestro niño en este período de su vida. Santiago, Renovación, 1929. 100 p; MATUS, Hernán. Contribución al estudio de la biotipología chilena: memoria de prueba. Santiago, Imprenta El Esfuerzo, 1930. 166 p; PARRY, Alberto. Medidas antropométricas del adolescente chileno. Santiago, Imprenta Universitaria, 1939. 21 p. 159 160 55 DEL DR. ZANDER AL INSTITUTO DE KINESIOTERAPIA En 1919, el recién egresado de medicina Gustavo Jirón publicaba su trabajo de licenciatura denominado Un problema médico-escolar: contribución al estudio de las desviaciones de la columna vertebral en nuestros escolares161. A fin de evitar y corregir los defectos físicos producidos por el “mal hábito” de la postura en estudiantes de las escuelas públicas, Jirón aseguraba en sus conclusiones que la utilización de aparatos instalados en el gabinete de mecanoterapia del IF: “son uno de los medios más eficaces y convenientes para corregir las curvaturas del cuerpo”162. Es decir, la opinión de Jirón venía a confirmar los efectos terapéuticos derivados de la capacidad de las máquinas para promover la potenciación de la fuerza muscular, los cuales a través de un entrenamiento continuo, permitirían moldear los volúmenes corporales y disminuir las deformidades. La mecanoterapia, es decir la utilización de aparatos bajo un sistema de poleas y pesas, ya era reconocida desde finales del siglo XVIII como un tratamiento ante las distintas enfermedades que afectaban a los cuerpos163. Sin embargo, es a fines del siglo XIX cuando el sueco Gustav Zander (1835-1920) empezó a construir los primeros aparatos de potenciación muscular. Diseñando más de setenta dispositivos, las máquinas de Zander supusieron un paso importante en la evolución de la terapéutica física hasta mediados del siglo XX debido a su capacidad para regular las fuerzas obtenidas en los movimientos. Según Climent y Ballester, estas máquinas llegaron a constituir el eje de una floreciente industria médica radicada principalmente en Wiesbaden, Alemania, y que distribuyó sus productos tanto en América como por toda Europa bajo la patente comercial de Rossel, Schwartz & Co, en dura competencia con la distribuidora sueca Goransson-Mekaniska164. JIRÓN, Gustavo. Un problema médico-escolar: contribución al estudio de las desviaciones de la columna vertebral en nuestros escolares. Santiago, Impr. y Encuadernación New York, 1919. 64 p. 162 Ibíd. pp. 62-63. 163 VIGARELLO, Georges. Op. Cit. p. 82. 164 CLIMENT, José y BALLESTER, Rosa. Los vínculos entre tecnología y práctica especializada en rehabilitación: el modelo de la tecnología gimnástica en la España del siglo XIX. Dynamis: Acta hispanica ad medicinae scientiarumque historiam illustrandam. 23, 2003. p. 303. 161 56 En el país, si bien no hay antecedentes iniciales acerca de la adquisición y distribución de dichos aparatos, el Instituto Médico Mecánico de Jimnástico y de Masaje (IMMJM), ubicado en la calle Arturo Prat 38, pleno centro de Santiago, aparece en 1901 como el primer centro nacional en incorporarlas. Fundada por el empresario chileno alemán Enrique Baurose y bajo la supervisión del doctor Edmundo Jaramillo, las actividades de esta institución se hicieron públicas principalmente en guías comerciales, a través de un formato iconográfico que consideró no solo la difusión de una imagen médica, sino que también buscaba resaltar una estética de elegancia y a la moda, en armonía con las más diversas situaciones de la vida contemporánea santiaguina165 (Imagen 6). Teniendo un funcionamiento y horario definido de Lunes a Sábado, con tarifas que oscilaban entre los 60 y 300 pesos de acuerdo al tipo y beneficios de la suscripción, y junto con presentar las diversas e innumerables dolencias tratadas, que iban desde desviaciones a la columna, rigideces en las articulaciones, atrofias musculares, enfermedades al estómago, intestino y corazón, hasta el raquitismo, la gota, la obesidad y la neurastenia, el sistema de máquinas del Dr. Zander era ofrecida a los diversos consumidores como una de las novedades del mercado terapéutico, siendo un “tratamiento higiénico para niños y personas débiles”166. Más allá de los ofrecimientos de recuperación que existían detrás de la utilización de las máquinas, la cobertura del Instituto Médico Mecánico de Jimnástico y de Masaje durante los primeros años del siglo XX fue limitada, debido a los altos costos que generaba su funcionamiento. Esto puede explicarse en la venta que tuvo que realizar Baurose el año 1903 a un grupo de inversionistas privados por parte de 60.000 pesos como una forma de solventar los gastos realizados, lo que implicó entre otras cosas la venta de las instalaciones, los aparatos, los derechos de privilegio comercial y el cambio de nombre, pasándose a llamar Instituto de Masaje i Mecanoterapia167. PRADO, Alberto. Guía completa de Santiago y comercial de Valparaíso para 1901-1902. Santiago, Imp. Litografía y Encuadernación Barcelona, 1901. p. 39. 166 Ibíd. 167 INSTITUTO DE MASAJE Y MECANOTERAPIA. Santiago, Impr. Gutemberg, 1903. 16 p. 165 57 Imagen 6. “El Instituto médico mecánico de jimnástica y masaje”, bajo el sistema del Dr. Zander. [PRADO, Alberto. Guía completa de Santiago y comercial de Valparaíso para 1901-1902. Santiago, Imp. Litografía y Encuadernación Barcelona. BCNC.] 58 En 1912, como parte de la renovación en el plan de estudios del IEF Joaquín Cabezas viajaba a Suecia para conocer los nuevos adelantos en “aparatos, bancas e instrumentos de educación de los fabricantes suecos”168. El interés por adquirir los artefactos, y específicamente las máquinas del Dr. Zander obligó al gobierno a financiar a Cabezas para asistir al Congreso Internacional de Educación física presidido por la Facultad de Medicina de París en 1913, la cual contempló la participación y exhibición de productos por parte de empresas y casas comerciales especializadas en el mercado de la ejercitación 169. Pese a que no hay detalles sobre las condiciones del contrato, compra y recepción de las máquinas Zander por parte de Cabezas y las autoridades, en 1914 entraba en funcionamiento oficialmente el llamado Gabinete de Mecanoterapia, dotado y especializado en este tipo de aparatos para el desarrollo y enseñanza de la gimnasia médica y correctiva170. Médicos como Carlos Bize quién realizó su práctica profesional durante los primeros años del Gabinete, entregaron documentación acerca de los alcances que tuvo la mecanoterapia171. Bize, quien participó durante los años 1921 y 1922, presentó más de 30 observaciones clínicas, en casos de iban desde hemiplejias, artritis, fracturas y luxaciones, hasta reumatismos, neurastenia o atrofias neuropáticas, y incluyeron como pacientes tratantes a profesionales de clase media, siendo abogados, profesores, comerciantes, estudiantes, matronas y empleados el público objetivo de atención. Si bien indicaba que en algunos casos “el tratamiento fue hecho tardíamente”, o los pacientes “no lo seguían con la constancia debida”, concluía que: “la mecanoterapia aplicada oportunamente, modifica con éxito en corto tiempo algunos estados patolójicos, (…) por cuanto la mejoría llega a su fin antes que con cualquier otro medio terapéutico”172. LARA, Horacio. Breve Historia de la FIEP en Chile. FIEP Buletin, 1, 2009-2010. p. 070. PARK, Roberta. Sharing, arguing, and seeking recognition: International congresses, meetings, and physical education, 1867–1915. IJHS, 2 (12), 2007. p. 528. 170 REED, Carlos. Op. Cit. p. 39. 171 BIZE, Carlos. Kinesiterapia en algunas afecciones articulares. Santiago, Imprenta Excelsior, 1924. 75 p. 172 Ibíd. p. 30. 168 169 59 En 1927, la recién creada Dirección General de Educación Física, Deportes y Moral (DGDEFM) ordenó su cierre temporal, debido a las reestructuraciones y cambios administrativos173. Sin embargo, un año después, y como parte de la reorganización de los planes de estudio en la llamada desde ese momento Escuela de Educación Física (EEF), se reabrió el Gabinete e introdujo el ramo de “gimnasia médica” como asignatura obligatoria174. No obstante, la creación de esta nueva cátedra a principios de 1929, y especialmente la contratación del Dr. Martin Gondos, médico húngaro y designado como jefe del departamento de gimnasia médica, suscitaron críticas debido a su poca experiencia y pertinencia sobre el tema175. Las controversias no impidieron su arribo, y meses más tarde se decretaba oficialmente su designación como director del reciente creado Instituto de Kinesioterapia (IK) dependiente de la EEF176. Compuesto por un equipo de médicos internistas, profesoras de gimnasia médica, masajistas, y alumnos en práctica, la instalación del IK mostraba a los potenciales usuarios la importancia que tenían las terapias con máquinas en su recuperación. Bajo la promesa de recobrar “la salud y aminorar la intensidad de los trastornos funcionales del organismo”, el folleto promocional de 1931 destacaba los innumerables beneficios que tenían los tratamientos kinesiológicos para conjunto de diversos malestares: “Los inválidos del trabajo, los accidentados en el deporte, los afectados de parálisis, los que sufren diferentes alteraciones en el funcionamiento articular, muscular y nervioso, los que necesitan reeducar sus miembros a consecuencia de inactividad, a causa de luxaciones, fracturas, inflamaciones, los que sufren las influencias desfavorables de la vida sedentaria, como la obesidad, gota y demás afecciones o irregularidades del sistema digestivo, pueden encontrar en los diferentes procedimientos de la kinesioterapia un medio seguro de salud”177. BISQUERTT, Luis. Valor de la Historia de la Educación Física. Santiago, Cultura, 1949. p. 5. Por Decreto N° 5531 del 20 de Noviembre de 1928 se consignaba a la gimnasia médica como parte de la carrera de la escuela de educación física teniendo una hora. MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. p. 40. 175 Estas críticas serán profundizadas en el Capítulo 4. 176 Creada por el Decreto N° 4.153 del 8 de Diciembre de 1929. 177 INSTITUTO DE KINESIOTERAPIA DEL DR. MARTÍN GONDOS. Santiago, Impr. Dirección General de Prisiones, 1931. p. 4. 173 174 60 El IK, amplió el uso y circulación de los tratamientos con máquinas, estructurándose en tres nuevas secciones a partir de las diferentes orientaciones de sus dispositivos: aparatos para la mensuración de la fuerza y de las deformidades; aparatos para los movimientos activos y pasivos como el balanceo, la vibroterapia y el masaje; y finalmente salas de hidroterapia, electroterapia y radiología. El procedimiento según relataba Martin Gondos a la revista Los Sports consistía en primera instancia hacerles: “un detenido examen, para la cual contamos con todos los adelantos de la ciencia moderna y con excelentes instalaciones de rayos”, para posteriormente “estudiar en el paciente qué ejercicios y qué aparatos son los que le convienen a su organismo”178. A través de un esfuerzo progresivo, en el control y participación sistemática de los músculos, lo esencial de este tipo de sistema es que suponían una función activa tanto en la corrección de posturas como en el tratamiento posterior y rehabilitación de fracturas, esguinces o luxaciones con el fin de revitalizar los nervios desgastados por la inactividad. Ejercicios realizados en anillas de suspensión y barras paralelas ayudaban al tratamiento de enfermedades asociadas a las desviaciones a la columna, como la escoliosis, la rigidez juvenil, o las deformaciones torácicas, “los que a través de un sistema de remos, poleas y cuerdas, hacían desaparecer después de algún tiempo los síntomas”179. Igualmente, el mismo Gondos contribuiría con el diseño y construcción de dispositivos semejantes para ejercitar el pie y la muñeca, como un aparato en madera regulable cuya función estaba en otorgar un tratamiento preventivo para la lordosis180. Sin embargo, eran específicamente los ejercicios con máquinas del Dr. Zander, las que tendrían un mayor uso aplicado, ya que permitían una mejor redistribución del trabajo muscular en pesos suspendidos y de ubicación variable, lo que entregaba a los sujetos una mejor y mayor movilidad. Su relevancia, era señalada en el folleto promocional del instituto, en donde se enfatizaba que: “estos “Gimnasia y Salud: una visita a la sección de kinesioterapia”. Los Sports, Santiago, N°389, 23 de Agosto de 1930. p. 2. 179 INSTITUTO DE KINESIOTERAPIA DEL DR. MARTÍN GONDOS. Op. Cit. p. 8. 180 Ibíd. p. 15. 178 61 aparatos permiten, junto con los otros tratamientos mecanoterapicos, la rápida y completa devolución de los movimientos tratando con eficacia las diferentes afecciones musculares y de la columna”181. Sentado bajo los principios biológicos e unitarios de la mecánica, la anatomía y la fisiología muscular, durante las primeras décadas del siglo XX la utilización de máquinas para la rehabilitación del cuerpo a través de los ejercicios supusieron un recurso activo y eficaz en el tratamiento de las distintas “anomalías” corporales causadas ya sea por lesiones, fracturas, correcciones de la postura o en el tratamiento de la obesidad, y que fueron formando parte de una oferta terapéutica incorporada paulatinamente en clínicas, instituciones privadas y centros públicos especializados. Esto último, se vería traducido hacia mediados de la década del ´30, en donde establecimientos como el Instituto de Traumatología (IT), proveerían de una mayor cobertura y asistencia a usuarios, en donde el tratamiento mediante máquinas gimnásticas ocupaba un lugar prominente ya que buscaban, precisamente, la reanudación de las funciones musculares y articulares perdidas tras los accidentes del trabajo, y en los tratamientos de recuperación post operatoria en pacientes182. Ibíd. p. 19. ORTÚZAR, Diego. Legislación y medicina en torno a los accidentes del trabajo en Chile 1900 – 1940. [En línea], Nuevo Mundo Mundos Nuevos, Puesto en línea el 17 de Octubre de 2013 http://nuevomundo.revues.org/66007 [Consultado el 07 abril 2014]. 181 182 62 CAPITULO IV ¡HAGAMOS BUENOS GIMNASTAS Y TENDREMOS BUENOS CIUDADANOS! CARLOS IBAÑEZ DEL CAMPO Y LA EDUCACIÓN FÍSICA (1927-1931) La educación física es una atención preferente del Estado y deben recibirla todos los habitantes de la república183. Sin duda, con la llegada de la Dictadura de Ibáñez en las décadas finales de los años ´20 la educación física fue exaltada de una manera nunca antes vista desde los gobiernos anteriores. El aumento de los fondos fiscales destinados al área y la construcción de recintos que prometían abarcar a gran parte de los habitantes del país fueron prueba de ello. Asimismo, la presencia de oficiales militares en importantes puestos de instituciones, como la Dirección General de Deportes, Educación Física Y Moral, el Departamento de Educación Física o la Dirección General de Educación Física, en conjunto con la llegada de técnicosespecialistas fueron vistas con el objetivo de subsanar las deficiencias administrativas relativas a la carencia de personal competente de años anteriores. Sin embargo, hacia final del periodo las tensiones existentes entre las propias autoridades, expertos y políticos, se hicieron visibles al momento de entender la finalidad que debían tener las distintas instituciones dedicadas al fomento y práctica de la educación física nacional. De allí que el objetivo de este capítulo es comprender la producción política en torno a la educación física desde 1927 hasta 1931, analizando la movilidad de un conjunto de materiales, recursos humanos e intereses puestos en circulación, cómo se insertaron las distintas instituciones y funcionarios que trabajaron, y sobre qué redes de influencias y recursos actuaron los agentes durante el periodo de gobierno del primer Ibáñez del Campo. 183 CHILE. Ministerio de Educación Pública. 1929, Ley 4.740: 31 de Noviembre de 1929, Art. 1.6. 63 EL PRIMER AÑO, EL PRIMER COMIENZO Incapaz de soportar la presión política y la creciente penetración de los militares en el gobierno civil, el presidente Emiliano Figueroa decidía en 1927 renunciar a su cargo. En su reemplazo, llegaba el coronel Carlos Ibáñez del Campo convirtiéndose bajo elecciones fraudulentas, en Presidente de la República. Dos años antes, en 1925, tras la salida del ex presidente Arturo Alessandri, Ibáñez del Campo cimentaba su carrera política ocupando puestos claves en los Ministerios del Interior, de Guerra y en la Comandancia en Jefe del Cuerpo de Carabineros. Según autores como Patricio Silva o Patrick Barr-Melej, Ibáñez del Campo estableció cambios importantes en los aparatos estatales, los que incluían el ascenso de las clases medias y del ejército en puestos políticos, y la racionalización y tecnocratización de la administración pública184. Como una forma de centralizar el funcionamiento de las distintas instituciones destinadas a la gimnasia y los deportes, Carlos Ibáñez del Campo ordenó inicialmente la formación de la Dirección General de Deportes y Educación Física y Moral (DGDEFM), por Decreto N° 646 en Abril de 1927, organismo dependiente del Ministerio de Higiene, Asistencia y Previsión Social185. Presidida por el Mayor Alfredo Portales Mourgues, ex instructor de gimnasia militar del Ejército, la DGDEFM se constituyó a partir de cuatro secciones: “Propaganda y Estadística”, “Ciencia y Control”, “Formación de instructores”, y “Juegos y Deportes”186. Según Brenda Elsey, las asociaciones gimnásticas y clubes deportivos miraron con optimismo la llegada de Portales a la DGDEFM, debido a los aumentos presupuestarios para el sistema de educación pública, y sobre todo aquellos destinados específicamente para la expansión de la educación física 187. BARR MELEJ, Patrick. Reforming Chile: cultural politics, nationalism, and the rise of the middle class. Chapel Hill, University of North Carolina Press, 2001. pp. 141-169; SILVA, Patricio. En el nombre de la razón. Tecnócratas y política en Chile. Santiago, Ediciones UDP, 2010. pp. 71-100. 185 MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. p. 31. 186 Ibíd. pp. 32-33. 187 ELSEY, Brenda. Citizens and Sportsmen: Fútbol and Politics in Twentieth-Century Chile. Austin, University of Texas Press. 2011. pp. 48-49. 184 64 A los pocos días de su llegada a la institución y como una forma de legitimarse ante los medios escritos, Portales ofrecía una de sus primeras entrevistas al magazine Los Sports. En ella explicaba que los “principios científicos del mejoramiento físico de la raza” serían los ejes centrales de la acción de la DGDEFM. Dicho plan, recalcaba Portales, no solamente debía depender de iniciativas gubernamentales, sino que también le correspondía hacerse parte a instituciones, federaciones y clubes deportivos. Pero por sobre todo, señalaba que la construcción de gimnasios y estadios populares se ubicarían el centro de las reformas: “Desde luego, se encuentran en construcción dos buenos gimnasios que ocuparán los locales del pabellón parís en la Quinta Normal, y el que ocupa el panorama de la batalla de Maipú en el Parque Cousiño, cedidos por la Municipalidad de Santiago. Se denominaran Gimnasios Caupolicán N° 1 y 2, respectivamente. Se les dotará de todas las comodidades de los establecimientos modernos de esta especie, dándosele especial importancia a las instalaciones de baños fríos y calientes”188. Debido al estrecho contacto que mantuvo con periodistas y funcionarios de Los Sports, revista asociada a la editorial Zig-Zag, Alfredo Portales fue invitado a las dependencias radiales de la editorial como parte del ciclo de “charlas deportivas”, dictando distintas conferencias en torno al desarrollo de la educación física en Europa, las influencias de los diversos sistemas gimnásticos que han tenido en Chile, y el rol que debía desempeñar la DGDEFM en la reorganización difusión de las diversas actividades físicas del país189. Como consecuencia de la renovación educativa y política propuesta Portales, uno de los primeros cambios contemplados fue el retiro del IEF de las dependencias de la Universidad de Chile, pasando a formar parte del Ministerio de Educación Pública y reemplazando su nombre por la Escuela de Educación Física (EEF)190. Pese a que se forzó la salida de su emblemático director Joaquín Cabezas, Portales avaló la propuesta por científica y pedagógica desarrollada por “Conversando con el director de EF señor Alfredo Portales”. Los Sports, Santiago, Chile, N° 221, 3 de Junio de 1927. pp. 1-2. 189 “La audición de radio telefonía de esta noche organizada por nuestra revista”. Los Sports, Santiago, Chile, N° 221, 3 de Junio de 1927. p. 3. 190 REED, Carlos. Op. Cit. p. 39. 188 65 éste, al reconocer a la EEF como la institución formadora de profesores de educación física más importante del país. En términos del plan, la estructura curricular tuvo marcados cambios. La carrera de profesor de educación física pasó de tres a cuatro años de duración, contemplando en esta última la realización de una práctica docente por un periodo tres meses. En el primer año se mantuvieron materias de los planes anteriores como “Educación física teórica y didáctica”, “Anatomía”, “Psicología”, “Pedagogía” y “Francés”, los que fueron combinados con los nuevos “ramos deportivos”, como “Atletismo”, “Natación” (ambos para hombres y mujeres), “Danza” (mujeres) y “Esgrima” (varones) con una carga horaria de una hora semanal191. Para el segundo año se presentaron pocas innovaciones. Se reorganizaron las materias de “Fisiología y Mecánica”, y se mantuvo el curso “Nutrición”. Lo nuevo fue la incorporación de “Redacción y periodismo deportivo”. Para el tercer año aparecieron ramos como “Primeros auxilios e higiene”, “Kinesiología”, y “Legislación aplicada a la educación física” con un promedio de dos horas semanales cada uno. Mientras que para el cuarto año y final, los contenidos tuvieron como eje principal la puesta en práctica de deportes: “Box”, “Lucha”, “JiuJitsu”, “Basquetbol”, “Volleybol”, “Futbol”, “Tennis”, “Tiro escolar”, “Boga”, “Excursionismo” y “Scoutismo”192. Lo más novedoso de la reforma de este plan fue la creación de tres nuevas titulaciones: “Técnico en educación física”, “Entrenador deportivo” y “Masajista”, las que contemplaban una duración mínima de un año, debiendo acreditar para estas dos últimas estar en posesión del título de Profesor de Estado en educación física193. Seguramente, debido a la presión de ciertos agentes y actores sociales civiles, como profesores de escuelas, egresados, dirigentes, funcionarios educativos y asociaciones deportivas, posibilitó la introducción de los “nuevos contenidos deportivos” en la malla curricular. Aunque estos cambios se realizaron en 1927 serían oficializados públicamente recién 1929. Ver: REGLAMENTO DE LA ESCUELA DE EDUCACIÓN FÍSICA. Santiago, Impr. Lagunas, 1929. 20 p. 192 Ibíd. 193 Ibíd. 191 66 Paralelamente, y obedeciendo a los nuevos cambios administrativos generados por la reforma educacional de 1927, que reorganizaban la orientación, vigilancia y coordinación de las distintas agencias pedagógicas nacionales bajo una Superintendencia de Educación Nacional, se creaba el Departamento de Educación Física (DEF)194. Las principales atribuciones dadas a la DEF se abocaron por un lado a la asistencia higiénica de los servicios educacionales, que incluyeron inspecciones médicas a colegios e investigaciones relativas a la capacidades biométricas, fisiológicas y psicológicas de los alumnos, y por el otro lado, en la realización de cursos libres de especialización de gimnasia y deportes, estipulando que “todo profesor de los grados primario y secundario deberán tener la preparación general suficiente para servir la asignatura de educación física” 195. Asimismo, se consideraba su participación como parte de la Asociación Escolar de Tiro (AET), organismo destinado a la preparación pre-militar a escolares, y de la Confederación Deportiva de Chile (CDC)196. Si bien no existen antecedentes concretos sobre el papel que desempeñó el DEF, se sabe que ayudó a financiar viajes de perfeccionamiento al extranjero para los distintos profesionales ligados a la educación física. Uno de ellos sería el Mayor del ejército Jorge Garretón Prieto, quien fue enviado desde comienzos de 1928 hasta los inicios de 1931 a estudiar “en Europa todo lo que se refiere al desarrollo y fomento de la educación física en general”197. Sus visitas a Francia, Suecia y Bélgica no fueron casualidad, sino que se entroncaban en un conocimiento apoyado en la anatomía y la fisiológica del ejercicio, base sobre la cual la educación física chilena nacional se cimentó desde comienzos del siglo XX. La imagen de un país atravesado por un progreso material e intelectual, y que tenía en su base en la práctica de la educación física, fue uno de los elementos que utilizó el régimen de Ibáñez para diferenciarse ante los demás Decreto N° 7.500 del 10 de Diciembre de 1927. MELKONIAN, Enrique. Op. Cit. p. 34. Ibíd. 196 Ibíd. p. 35. 197 GARRETÓN, Jorge. Problema de la educación física en Chile para abordarlo en forma económica racional e integral y proyecto de ley. Santiago, Imprenta M. Ferrario y Compañía, 1932. 48 p. 194 195 67 países de la región. En este sentido, resulta interesante apreciar las instancias con que interactuaron las autoridades nacionales ante las comunidades políticas y científicas internacionales. En 1927, y como parte de la Sexta Conferencia Internacional Americana celebrada La Habana, Cuba, se organizó el primer Congreso Panamericano de Eugenesia y Homicultura, que contó con la participación de delegaciones de Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, El Salvador, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela198. La Delegación chilena estuvo compuesta por cuatro funcionarios diplomáticos: Alejandro Lira Lira, Alejandro Álvarez Jofré, Carlos Silva Vildósola, y Manuel Bianchi Gundián. Este último, fue el encargado de realizar la exposición denominada “El ejército y la marina como escuelas de homicultura”, indicando que ambas instituciones debían ser un aliado efectivo del gobierno en sus propósitos de mejorar al hombre y la raza como una “escuela de desarrollo físico”199. El ejército chileno, indicó el diplomático, a través de su servicio militar obligatorio había realizado una labor indispensable al darle a la población: “una resistencia física adaptable a las características topográficas y climatéricas de Chile, contribuyendo con ello al desarrollo de la raza autóctona, o se la de los araucanos, con sus cualidades de reciedumbre introducidas en la población criolla” 200. En este sentido, Bianchi y la delegación diplomática pretendían posicionar a Chile dentro de Latinoamérica como un país excepcional, cuyas cualidades físicas y raciales demostradas en la figura de la población araucana no solamente se distinguían de los demás países sino que también se mostraban inclusive como superiores. Pensado bajo criterios pedagógicos y científicos, lo cierto es que la combinación de estos fueron las bases que sustentaron a la educación física durante el primer año de Ibáñez. Los siguientes años verían cómo estas relaciones se complejizarían aún más. ACTAS DE LA CONFERENCIA Panamericana de Eugenesia y Homicultura de las Repúblicas Americanas, 1928. La Habana, Gobierno de la República de Cuba. 347p. 199 Ibíd. p. 109. 200 Ibíd. 198 68 LA DIRECCIÓN GENERAL DE EDUCACIÓN FÍSICA Por el Decreto N° 5531 del 20 de Noviembre de 1928 se creaba la Dirección General de Educación Física (DGEF), organismo dependiente del Ministerio de Educación Pública, y que venía a reemplazar a las antiguas instituciones tanto a la DGDEFM como al DEF. Su director sería el Teniente del ejército Osvaldo Kolbach Piñeiro, quién llegaba al país luego de haberse especializado los años anteriores en Bélgica201. Bajo el supuesto de organizar y orientar científicamente la educación física, y en particular de fomentar su práctica “en las distintas etapas de los individuos”, Kolbach y la DGEF tendrían diversas atribuciones relacionadas con la supervigilancia de la educación física en establecimientos fiscales y particulares; la calificación técnica y personal de los profesores que debían realizar clases; la formación y perfeccionamiento del personal encargado de impartir las clases; la elaboración de los planes, programas y reglamentos que debían ceñirse los establecimientos de enseñanza, y así como funciones extra-escolares, que iban desde la formación, desarrollo e incentivo de organizaciones deportivas hasta la difusión y propaganda de una “cultura física científica”202. En este sentido, la DGEF desplegó sus intereses de una forma mucho amplia que sus predecesoras en una serie de agentes portadores de saberes como médicos, militares, administrativos, políticos, directores de escuelas, profesores, periodistas o deportistas, movilizando a un conjunto de recursos materiales, humanos y financieros con el fin de legitimar las bases tecnocráticas propuestas por Ibáñez, las que respondieron en el caso concreto de la educación física a conceptos más cercanos al ámbito de las ciencias médicas que a lo plenamente militar. Osvaldo Kolbach Piñeiro (1889-?) fue teniente del ejército chileno y durante comienzos de la década del ’20 seleccionado nacional de atletismo. Estudió en el Instituto Militar de Educación Física de Bruselas, Bélgica, entre los años 1925 y 1928. Su llegada a Chile coincidió con el llamado de Carlos Ibáñez del Campo el que lo designó como director de la Dirección General de Educación Física hasta 1931. En la década del ´40 se emplearía como Jefe del Departamento de Deportes de la Dirección de Informaciones y Cultura del Ministerio del Interior durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda. 202 REED, Carlos. Op. Cit. pp. 39-40. 201 69 Como director de la DGEF, una de las primeras labores que tuvo que asumir Osvaldo Kolbach, fue la de concretar y desarrollar un plan único de educación física nacional. A comienzos de 1929, y en consonancia con el reordenamiento del sistema educativo, la Asamblea de Directores y Rectores de Enseñanza Secundaria, le permitió a Kolbach reafirmar y consolidar públicamente sus ideas en torno a la educación física. Poniendo mayor atención en el nivel de enseñanza secundaria, ya que era en esta etapa en donde los profesores tenían una mayor facilidad para “la aplicación de los contenidos en los alumnos”, Kolbach hizo hincapié en la trascendencia social que había detrás de la educación física, ya que a su juicio se hacía sentir como: “el único medio de que se puede echar mano para evitar la catástrofe definitiva de la raza” 203. En este sentido, las instrucciones y recomendaciones propuestas por Kolbach, se basaron en cuatro principios científicos: prevenir, corregir, desarrollar y adaptar, provenientes de clásicos referentes de la fisiología como Demeny, Lagrange, Tissié, y de nuevos autores como Godin o Ruffier, desplazando hacia un segundo plano el componente pedagógico. A lo anterior, se le sumó la confección de la llamada prueba de “suficiencia física”, la que sería rendida obligatoriamente en el final del año escolar, y que reunía ejercicios combinados de carreras de velocidad, saltos en altura, lanzamientos de peso, natación y ciclismo. En el caso de los maestros escolares, se desarrollaron los denominados “cursos de perfeccionamiento”, contemplados para todos los “profesores de educación física de la República” durante los meses de Enero, Febrero y Marzo. El programa, a cargo del propio Kolbach, y de Leoncio Veloso Cisternas, Inspector nacional de educación física, comprendía ramos como “Gimnasia Teórica, Práctica y Rítmica”, “Fisiología”, “Alimentación”, “Antropometría” además de una especialización en deportes como el “Fútbol”, “Atletismo”, “Natación”, “Basquetbol” y “Cursos de Arbitraje”. Una vez finalizado los cursos, se contemplaba que los KOLBACH, Osvaldo, 1930. Metodología de Educación Física. En: LA RENOVACIÓN PEDAGÓGICA y el liceo: discursos, relaciones y acuerdos de la Asamblea de Directoras y Rectores de Establecimientos de Educación Secundaria, Agosto-Septiembre de 1929. Santiago, Dirección General de Educación Secundaria. p. 725. 203 70 profesores asistentes bajo sus nuevas “herramientas técnicas y científicas” fuesen capaces de dirigir en cada provincia cursos hacia profesores primarios, deportistas y entrenadores locales204. Asimismo, y como una forma “acrecentar los conocimientos del profesorado”, la Dirección adquirió una serie de textos extranjeros, específicamente procedentes de Francia, como Le sport contre l´education physique, de Georges Hébert; Manuel scientifique d´education physique, de Maurice Boigey; o La gymnastique suédoise: manuel de gymnastique rationnelle, de Emile André205. Además, se distribuyeron gratuitamente libros producidos en coautoría con el mismo Kolbach206. Los esfuerzos por difundir los alcances y contenidos del proyecto de la DGEF hacia un público general y que no tenía los conocimientos en el área, fueron una de sus características esenciales. Contando con veinticuatro números entre los años 1929 y 1931, la Revista de Educación Física se convertiría en el dispositivo comunicacional de la Dirección, posicionándose a su vez como una revista que ofrecía competencia al incipiente mercado de publicaciones deportivas. Ya en el primer artículo de la publicación se pretendía alcanzar el mayor número de lectores, ofreciendo: “una escogida selección de artículos científicos, crónicas que detallan los más importantes acontecimientos deportivos, nacionales o extranjeros o bibliografías de las obras más interesantes de los médicos y maestros que consagraron desvelos al progreso de la educación física”207. Con respecto a la bibliografía empleada y los autores citados, a nivel local se presentaron publicaciones desarrolladas por los funcionarios de la DGEF como Osvaldo Kolbach, Miguel Marabolí o Pascual Venturino, mientras que desde el extranjero, se tradujeron artículos en los que destacados médicos, especialistas y deportistas internacionales como el oficial alemán Hans Suren, el fisicoculturista ARNADME, Vol. 5500, Enero de 1929. Ibíd. pp. 766-767. 206 Ver: KOLBACH, Osvaldo. Educación física escolar: secundaria. Santiago, Imprenta Universo, 1930. 65 p; Reglamento de enunciados: voces de mando, abreviaturas y esquemas modelos para los ejercicios de gimnasia educativa. Santiago, Dirección General de Educación Física, 1930. 92 p; Trascendencia social del excursionismo: sus características e influencias físicas, intelectuales y morales. Santiago, Imprenta La Nación, 1931. 20 p. 207 “Nuestro programa”. Revista de Educación Física, Santiago, N°1, Abril de 1929. p. 1. 204 205 71 francés Charles Rigoulot, o el criminólogo italiano Enrico Ferri entregaban recomendaciones y consejos acerca de los distintos tipos de rutinas y ejercicios que debían seguirse208. Asimismo, la ampliación en el número de contenidos relacionados al futbol, la natación, el atletismo, y de prácticas asociadas al militarismo como el escoutismo o el tiro al blanco, se hacían con el objetivo de conquistar el interés de un público lector, integrantes de una incipiente clase media que demandaba de actividades físicas más asociadas al ocio y tiempo libre. La construcción de estadios, piscinas y campos de entrenamiento fue otro de los elementos esenciales que utilizó la DGEF para fortalecer su relación con grupos pedagógicos y asociaciones deportivas209. Una de las más destacadas fue la Piscina Escolar de la Universidad de Chile. Impulsada por el Ministro de Educación Pública Pablo Ramírez, su construcción finalizó en 1929, ubicándose en la ribera norte del río Mapocho, entre las calles Santa María e Independencia. Caracterizada por su ecléctica composición, su diseño fue encargado al arquitecto nacional Luciano Kulczewski, quién elaboró un recinto de forma triangular con más de 3.500 metros cuadrados sostenido en un frontis de dos pisos, y que contenía en su interior modernos camarines, calderas subterráneas para temperar el agua, y de un amplio techo que cubría la piscina (Imágenes 7 y 8). Días previos a su inauguración, la Revista de Educación Física se encargaba de avisar a los lectores las “modernas” instalaciones con que contaba dicho recinto: “Un impulso formidable para la natación constituye la piscina que se ha de inaugurar en pocos días. Nos referimos a la hermosa pileta cubierta que se ha construido en la margen norte del rio Mapocho a la altura de la avenida independencia. Todos los detalles propios de una piscina moderna han sido consultados en tal forma en su construcción, que no es aventurado afirmar que la pileta escolar de Mapocho pasa a ser la mejor de Sudamérica”210. Ver, Revista de Educación Física, Santiago: “Medicine Ball del Capitán Hans Suren”, N° 4; Agosto de 1929, pp. 36-27; “Cómo se entrena Rigoulot, el campeón del mundo de levantamiento de pesas”, N° 6, Octubre de 1929, p. 48; “La educación y la delincuencia en el deporte, por Enrico Ferri”, N° 8, Diciembre de 1929, pp. 51-53. 209 Este plan también contemplaba construcciones en ciudades como Linares, Los Ángeles, Angol, Temuco o Punta Arenas. Ver: LA NUEVA ORGANIZACIÓN de los Servicios Educacionales: exposición del Ministro de Educación Pública. Santiago, Sociedad Impr. y Lit. Universo, 1927. p. 23. 210 “En Santiago la mejor piscina sud-américa”. Revista de Educación Física, Santiago, N° 7 de Noviembre de 1929, p. 51. 208 72 Imagen 7. Plano de la fachada de la Piscina Escolar. [RIQUELME, Fernando. La arquitectura de Luciano Kulczewski: un ensayo entre el eclecticismo y el movimiento moderno en Chile. Santiago, Eds. ARQ, 1996. BNC.] Imagen 8. Plano de construcción de la Piscina Escolar. [RIQUELME, Fernando. La arquitectura de Luciano Kulczewski: un ensayo entre el eclecticismo y el movimiento moderno en Chile. Santiago, Eds. ARQ, 1996. BNC.] 73 Hacia fines de ese mismo año, y con la dictación de las nuevas prerrogativas por Decreto Fuerza Ley (DFL) se fijaba el texto definitivo de la llamada Ley de Educación Física, la que establecía nuevas atribuciones, obligaciones y fuentes de financiamiento que debía tener la DGEF, y las actividades para la difusión en los niveles pre y post escolares”211. En comparación con años anteriores, si el presupuesto destinado hacia 1927 era en torno a los 400.000 pesos, en 1930 a raíz de la promulgación de dicha ley, sumado a los aportes otorgados por el Ministerio de Educación Pública, se contemplaban 2.300.000 millones pesos disponibles212. Si bien, estas cifras resultaban auspiciosas para el programa de la DGEF en un periodo cercano a la Gran Depresión, su puesta en marcha no estuvo libre de cuestionamientos. En 1930, durante las discusiones establecidas en la Cámara de Diputados acerca de las partidas presupuestarias para el año 1931 en torno a la educación física, el diputado oficialista Ariel Mandujano planteaba sus reparos a la labor realizada por la Dirección en ese momento. Titulando su exposición como “el problema de la educación física en Chile”, Mandujano apuntaba a problemas que “ya parecían en vías de solución” en torno al gasto y la planificación fiscal en la ejecución de distintos proyectos como “la adquisición de materiales deportivos; la compra e instalación de gimnasios en establecimientos educacionales; la construcción de canchas y plazas de juegos; la contratación de profesores y entrenadores”, además del “envío de delegaciones al extranjero, y las subvenciones a las numerosas instituciones diseminadas en el territorio”, concluía que para completar dichas actividades las fuentes de financiamiento debían provenir de las fondos recaudos por las iniciativas privadas213. 211 A partir de 1929 se dictarían una serie de decretos continuos que fijarían las bases de la Ley de Educación Física. Estas fueron: DFL N° 1033 del 6 de Abril de 1929; Decreto N° 2974 del 31 de Julio de 1929; Decreto N° 4159 del 8 de Octubre de 1929; Ley N° 4740 del 23 de Diciembre de 1929, y el DFL N° 6352, esta última refunde todas las disposiciones anteriores fijando el texto definitivo de La Ley de Educación Física. Ver: REED, Carlos. Op. Cit. pp. 41-45. 212 GARRETÓN, Jorge. Op. Cit. pp. 7-11. 213 SESIONES DE LOS CUERPOS LEGISLATIVOS DE LA REPÚBLICA DE CHILE: Miércoles 30 de Julio de 1930. Santiago, Chile. p. 1335. 74 Algunos diputados, entre ellos el médico perteneciente al Partido Radical Selim Carrasco, cuestionaron no solo lo que consideraba como una excesiva intromisión del poder político sino también del errado concepto que se tenía de las actividades físicas. Tomando el caso de la repartición y circulación de un folleto denominado “Preguntas para una encuesta sobre el estado de la educación física en Chile”, realizado por parte de la misma DGEF, Carrasco aducía que: “¿cómo era posible que un Director General de Educación Física mande a los rectores de liceos o directores de escuelas una circular preguntándoles qué ejercicios conviene que hagan los niños?”214. Si bien no había certeza de quien había asumido la redacción del folleto, esto según el diputado reflejaba la existencia de: “una falta absoluta de control de los documentos que pasan por las manos del director, porque, preguntar si hay conveniencia o no en la distribución de los alumnos según su edad, no es admisible, ya que es obligación de la dirección general estudiar las condiciones en que el niño chileno llega a las escuelas” 215. En particular, Carrasco subrayaba la “poca seriedad y prolijidad” con que fue presentada dicha publicación, generando inclusive polémicas frases que aludían a temáticas de género: ”Hay en la hoja de máximas a que me vengo refiriendo, una frase que me parece profundamente grosera. Dice: 'mire, chilenita. Ud. es muy bonita, pero muy flojita. Levántese temprano, respire aire puro, haga ejercicio, báñese y coma bien...', y a continuación dice: 'después, cásese'. Yo encuentro grosera esta frase por una razón muy sencilla, porque ella da a entender que la capacidad mental de los maestros de educación física no les permite comprender que pueda llevarse una vida física higiénica y que no ven otra solución que el matrimonio”216. En este sentido, Carrasco ponía en entredicho las intenciones y directrices “científicas” expresadas por Kolbach al contrastarlas con la polémica circulación de dicho folleto, revelando en: “forma clara, que no hay un concepto preciso sobre el rol que compete a la Dirección General de Educación Física”217. SESIONES DE LOS CUERPOS LEGISLATIVOS DE LA REPÚBLICA DE CHILE: Martes 20 de Enero de 1931. Santiago, Chile. p. 1650. 215 Ibíd. 216 Ibíd. p. 1651. 217 Ibíd. 214 75 La desconfianza respecto a las competencias de Kolbach, también fueron puestas hacia el desempeño y contratación del personal a su cargo. Nuevamente Carrasco no tuvo reparos en reprobar la llegada al Instituto de Kinesiterapia del médico Martin Gondos, el que: “con renta superior y escasa preparación en la materia que su antecesor, ha mostrado desconfianza dentro del circulo de médicos ortopedistas de los hospitales Manuel Arriarán y el Roberto del Rio del trabajo, los cuales han criticado severamente las condiciones de su funcionamiento”218. Desde este punto de vista, las acusaciones detrás del diputado radical no solo iban hacia un ámbito técnico, basado en la circulación de polémico folleto, sino que también se dirigían hacia una esfera política, criticando abiertamente la organización y administración tecnocrática impulsada desde el gobierno Ibáñez. Hacia Mayo de 1931, con la dictación del Decreto con Fuerza de Ley N° 350, la DGEF era reemplazada por el Consejo Superior de Educación Física (CSEF), organismo dependiente del Ministerio de Guerra, y que era presidido por un Oficial General del Ejército o de la Armada, además del Director de la Escuela de Educación Física y otros diez consejeros219. Su corta existencia sería frenada por el alto nivel de endeudamiento fiscal post Gran Depresión, llevando al colapso productivo-financiero y a la inestabilidad política, terminando con la renuncia de Ibáñez. De acá en adelante, no solo terminaría un periodo político sino que también una etapa en la educación física nacional. Menos asociada de cargas moralizantes e higiénicas, y más próximas a connotaciones políticas como instrumento de movilización de masas, nuevos rumbos conceptuales e ideológicos permearían a las distintas formas de ejercitarse en el país. SESIONES DE LOS CUERPOS LEGISLATIVOS DE LA REPÚBLICA DE CHILE: Miércoles 21 de Enero de 1931. Santiago, Chile. pp. 1709-1710. 219 REED, Carlos. Op. Cit. p. 63. 218 76 CONCLUSIONES Este trabajo pudo constatar como agentes, actores e instituciones en Santiago de Chile, entre los años 1880 y 1931, ensamblaron una serie de prácticas, saberes y conocimientos en torno a la ejercitación, los cuales se caracterizaron tanto por su producción y circulación desde espacios como la medicina, el comercio, establecimientos educacionales, hasta la influencia que tuvieron determinados intereses particulares o decisiones políticas, en torno a las distintas tensiones y definiciones por las que atravesaron los “cuerpos en movimientos”. En primer lugar, en un contexto que comenzó en los décadas finales del siglo XIX hasta comienzos del XX, y que fue marcado por una creciente medicalización de la sociedad santiaguina, las “incipientes” investigaciones en torno a las condiciones del trabajo escolar, de las condiciones laborales, de la fatiga, o de los gastos energéticos y alimenticios de la población, conectaron a una “red de expertos” como médicos, salubristas, especialistas, medios de prensa e intelectuales, que definieron y prescribieron determinados tipos de conductas que se suponían como limpias, saludables, terapéuticas e higiénicas, entre las que se incluyó a la ejercitación. Es importante destacar que en este proceso, el ejercicio físico no solamente fue definido como un objeto científico a través de principios anatómicos, fisiológicos, teorías evolutivas y hereditarias de la época, sino también, y de forma muy importante, como un objeto de consumo, a través de prácticas que de forma creciente a partir de los años veinte, incluyeron la comercialización de manuales, productos y entrenamientos, centrándose en ciudades como Santiago o Valparaíso. En este punto, no deja de llamar la atención que la mayoría de los objetos fueron importados desde el extranjero, hecho que puso de manifiesto la escasez de un mercado nacional que proveyese de artículos propios a los consumidores chilenos. 77 En un segundo lugar, sustentada como una preparación paralela al servicio militar, y avalada posteriormente con la llegada de profesores alemanes y materiales de estudio desde comienzos de la década de 1880, la puesta en marcha de la educación física escolar en el país adquirió fuertes ribetes nacionalistas-bélicos, formados según los modelos europeos de los batallones escolares, y de una gimnasia alemana que enfatizaba los modelos del orden y la disciplina, como una forma de preparar a los niños y jóvenes para las guerras. No obstante, la llegada de Joaquín Cabezas al país a fines del siglo XIX desde Suecia marcó un punto de disputas, controversias y consolidaciones que durarían hasta los primeros veinticinco años del mil novecientos. Disputándose inicialmente ante el método alemán-militar, su método sueco-científico debió ser presentando, legitimado y aprobado no solo por sus pares, sino que además por las diversas autoridades públicas, convenciéndolos de que se trataba del “verdadero experto” en el tema. Para Cabezas, el ejercicio debía ser el aliado perfecto de la salud física: combatiendo los perniciosos efectos vinculados al derroche inútil de energías, fortaleciendo el desarrollo de las funciones corporales y musculares; y en una herramienta de pedagogía, didáctica y moral: impugnando la falta de caballerosidad, el poco apego a las reglas, la indisciplina generalizada, o la búsqueda exclusiva del éxito y del record, estos últimos asociados a las prácticas deportivas. La creación del Instituto de Educación Física en 1906 forjaría una especialización del profesorado. El crecimiento institucional, la obtención de nuevos recursos materiales, la adquisición de instrumentos, mayor visibilidad e influencia ante corporaciones médicas, pedagógicas, y un plan de estudios que se reconocía bajo los principios de la anatomía y fisiología francesa-sueca, sentaban las bases para la formación de cualquier “buen” educador de lo “físico”. No obstante, el llamado “misionero” de la educación física sueca en Chile tuvo que lidiar ante un escenario educativo escéptico a los contenidos científicos-higiénicos planteados. Ante esto, y como una forma de validarse en el espacio técnico de enseñanza, la inclusión de ramos de origen alemán dentro de la oferta académica 78 del instituto, como dibujos o trabajos manuales, demuestran hasta qué punto debió negociar Cabezas por mantener su autoridad, llegando a re-definir la relación del profesorado de educación física entre varias disciplinas. Pese a este tipo de “negociaciones”, la hegemonía de la propuesta de Cabezas hasta 1927, es sin duda central para entender la inserción del saber de la educación física en los planes y programas escolares de los liceos y escuelas nacionales durante este periodo, así como de las diferentes visiones que se extendieron entre los diferentes grupos, agentes, asociaciones e instituciones interesadas. En un tercer lugar, la posibilidad de usar máquinas y aparatos fue otro de los factores que forjaron los saberes que debían tener los cuerpos en “movimiento”. Aunque se trataron de hechos más específicos que generales, las convergencias epistemológicas entre la antropometría y la kinesiología supusieron una mirada distinta acerca de la ejercitación. De forma más fundamental, aquellas que se apoyaron en una valoración material, y por ende más observable de las manifestaciones corporales que tenía el ejercicio sobre los sujetos. Como una manera certera de afrontar los efectos que tenían los ejercicios sobre el cuerpo, Leotardo Matus llevó a cabo minuciosos registros y perfiles en escolares santiaguinos. No obstante, el conflicto de prácticas suscitado para definir los modelos de interpretación antropométricas puso a pruebas las capacidades de investigación de Matus, lidiando por un lado con los enunciados de validación universal acerca de los usos de los instrumentos de medición, y por el otro lado, reafirmando los principios específicos que tenía la “raza chilena”, la cual se diferenciaba tanto regional como mundialmente de las demás. Al margen de estas cifras y mediciones, la denominada kinesioterapia, se presentó como una alternativa que no solo corregía los defectos físicos del organismo sobre entrenamientos de fuerza muscular, sino que a través de sus promesas terapéuticas le devolvía a los usuarios el “equilibrio perfecto” y el “control exacto” en los movimientos del cuerpo. No obstante, cuan efectivo fue este tipo de prácticas en los sujetos tratantes sigue siendo una incógnita. 79 Finalmente, si bien se ha pensado que los cambios sociales y políticos vinculados durante el golpe militar encabezado por el Coronel Carlos Ibáñez del Campo configurarían un escenario para una mayor influencia de los militares sobre la educación física, el análisis de fuentes demostró que la aceptación de esto distó de ser absoluta. A pesar de la llegada de oficiales de confianza de Ibáñez del Campo en altos puestos institucionales como una forma de garantizar el orden y la reestructuración de la educación física nacional, las diferentes percepciones que tuvieron con médicos, políticos, pedagogos y expertos, obligaron a restructurar las estrategias iniciales sobre el papel que debía tener la educación física en el país, celebrándolo no solo como una herramienta para la “defensa de la patria”, sino que también como una forma de impulsar el desarrollo educativo del país. En este sentido, los aumentos presupuestarios destinados a la educación física durante esta etapa deben ser vistos bajo esta lógica: una formula estatista por parte del ibañismo que entendía que para aumentar el tamaño del Estado la inversión fiscal debía ser igual o mayor a la propuesta en cada año. Sin duda, las relaciones entre los distintos agentes y eventos ocurridos durante este periodo merecen de una mayor revisión, complejidad y exhaustividad que deben ser abordados en los próximos trabajos. Durante la tercera, y especialmente, la cuarta década del siglo se produjeron grandes cambios socioculturales que se vieron acompañados por modificaciones sustanciales en torno a las prácticas que tuvo la ejercitación. Las interpretaciones higiénicas y principios eugenésicos del fortalecimiento de la raza a través del despliegue en los ejercicios físicos continuaron en gran parte vigentes, pero en otra dimensión. El amplio desarrollo de la prensa popular y de sus secciones deportivas, sumados a la expansión urbana y la construcción de grandes estadios, produjeron el pleno auge de deportes como el basquetbol, el atletismo o el fútbol, este último relanzando como un espectáculo de masas, especialmente circunscritos dentro de los planes y ejes programáticos propuestos por los gobiernos radicales durante la segunda mitad de la década de 1930. 80 En los últimos años los diferentes campos de las ciencias sociales y humanidades, particularmente de la historiografía, han generado un espacio de empoderamiento para discutir las distintas formas en como el deporte, el ocio y el ejercicio se relacionan en sociedad. Estudios sobre la disciplina escolar, sobre las formas de corregir el cuerpo y organizar la postura correcta, sobre los rituales, sobre las regulaciones disciplinarias y diferenciadoras de género, son muestra de ello. Sin embargo, se hace necesario pensar en términos más amplios toda una serie de prácticas que implicaron al desarrollo del cuerpo y que trascendieron los significados originales que tuvo la ejercitación. En este sentido, la incorporación de miradas que lo aborden desde ámbitos escasamente explorados: como lo religioso, desde diferentes posiciones ideológicas, ya sea socialistas, comunistas o anarquistas; desde la producción, intercambio y la circulación de saberes, personas u objetos en ámbitos transnacionales; o en comparación con otras realidades regionales, como Argentina, Brasil, Perú o Uruguay, colocan a las formas de creación, recepción y apropiación de las prácticas en torno a la ejercitación como ejes para pensar en nuevas interpretaciones y posibilidades para este campo de estudios. Por lo que las respuestas, así como las limitantes encontradas en esta investigación justifican el interés de continuar explorando este tipo de temáticas, lugar donde la producción historiográfica nacional tiene una gran ventana para crecer e incrementarse en los próximos años. 81 BIBLIOGRAFÍA FUENTES PRIMARIAS SESIONES DE LOS CUERPOS LEGISLATIVOS DE LA REPÚBLICA DE CHILE ARCHIVO NACIONAL DE LA ADMINISTRACIÓN, Fondo del Ministerio de Educación. Publicaciones Oficiales ACTAS DE LA CONFERENCIA Panamericana de Eugenesia y Homicultura de las Repúblicas Americanas, 1928. La Habana, Gobierno de la República de Cuba. ANUARIO DEL MINISTERIO DE INSTRUCCIÓN PÚBLICA: disposiciones relativas al servicio de instrucción primaria. Santiago, Imprenta Nacional, 1898. ANUARIO SPORTIVO de Chile: 1909. Santiago, Impr. San Buenaventura, 1910. AGUIRRE, José Joaquín. Manual de jimnasia escolar para las escuelas de instrucción primaria. Santiago, Imprenta y Litografía Pedro Cadot y Cia, 1886. 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