Rusia afirmó este lunes que mató a varios «saboteadores» ucranianos que intentaron infiltrarse en el país y que derribó un drone en su territorio cerca de una base aérea que había sido blanco de un ataque este mes, horas antes de que Ucrania redoblara una inédita ofensiva diplomática, más bien simbólica, para que se expulse a Rusia de la ONU.

La solicitud formal presentada por la Cancillería de Ucrania para que se excluya a Rusia del máximo órgano de la ONU, del cual es miembro permanente, había sido largamente anticipada por Kiev, pero no existe un procedimiento para hacerlo y, en todo caso, chocaría contra el poder de veto a tal medida que tiene la propia Rusia.

«Ucrania pide a los estados miembros de la ONU… que priven a la Federación Rusa de su condición de miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y que la excluyan de la ONU en su conjunto», dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania en un comunicado, pocos días después de que la guerra entrara en su mes número 11.

La declaración agregó que Rusia había ocupado ilegalmente «la sede de la URSS en el Consejo de Seguridad de la ONU» desde la disolución de la Unión Soviética en 1991.

«Desde un punto de vista legal y político, solo puede haber una conclusión: Rusia usurpa el puesto de la Unión Soviética en el Consejo de Seguridad de la ONU», agregó el Ministerio.

«Tres décadas de su presencia ilegal en la ONU han estado marcadas por guerras y tomas de territorios de otros países», dijo.

El canciller de Ucrania, Dmytro Kuleba, dijo que la cuestión del asiento permanente con derecho a veto de Rusia en el Consejo de Seguridad -que también tienen Estados Unidos, Reino Unido, Francia y China-, ya se estaba discutiendo en círculos diplomáticos.

«Estos temas aún no se discuten en las conferencias de prensa y en las declaraciones públicas de los líderes de los estados y gobiernos, pero en un nivel inferior, la gente ya se está haciendo la pregunta: ‘¿Cómo debería ser Rusia para no representar una amenaza para la paz y la paz? seguridad’”, dijo.

El Consejo de Seguridad consta de 15 miembros encargados de abordar las crisis globales mediante la promulgación de sanciones, la autorización de acciones militares y la aprobación de cambios en la carta de la ONU.

Pero la existencia de los cinco miembros permanentes, que tienen poder de veto que puede bloquear cualquier resolución, refleja la dinámica de poder al final de la Segunda Guerra Mundial.

Los países han abogado durante mucho tiempo por la reforma del Consejo de Seguridad, y algunos critican la falta de representación cuando se trata de puestos permanentes para países africanos y latinoamericanos. Otros dicen que el poder de veto vuelve impotente al consejo, porque un solo país puede bloquear sus medidas.

Ataques cerca de la frontera

En Rusia, en tanto, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia anunció este lunes la «eliminación» de «saboteadores» que ayer intentaron infiltrarse en la región rusa de Briansk, fronteriza con Ucrania.

El Ministerio de Defensa ruso, por su parte, dijo que la defensa aérea derribó el domingo por la noche un dron ucraniano que volaba hacia la base aérea de Engels, que alberga bombarderos estratégicos rusos.

La ciudad de Engels, en la región sureña de Saratov, está a más de 600 kilómetros de la frontera con Ucrania. Su base aérea ya había sido atacada a inicios de mes. «Como resultado de la caída de restos del dron, tres oficiales técnicos rusos que estaban en la base aérea sufrieron heridas mortales», dijo el Ministerio de Defensa en un comunicado, informó la agencia de noticias AFP.

Las autoridades ucranianas se han abstenido hasta el momento de cualquier comentario sobre esas acusaciones.

Según el FSB, el grupo de «saboteadores» que intentó infiltrarse en la región de Briansk llevaba armas y explosivos. «Tras un enfrentamiento el 25 de diciembre de 2022, cuatro saboteadores (…) fueron eliminados», indicó el FSB en un comunicado.

En un video difundido por la agencia de noticias rusa Ria-Novosti, se ven cuatro cadáveres ensangrentados, vestidos con uniformes de camuflaje invernal y con armas a su alrededor.

Rusia, que hace diez meses lanzó una ofensiva militar en Ucrania, sufrió en los últimos meses una serie de ataques contra bases militares e infraestructuras clave, que las autoridades atribuyen a los ucranianos.

La destrucción parcial del puente de Crimea en octubre, que conecta la península ucraniana anexionada por Moscú en 2014 con el territorio ruso, fue un duro revés para el Kremlin, que ya había sufrido varios reveses en el campo de batalla.

Ucrania nunca confirmó su responsabilidad en la explosión, pero el Gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin, multiplica desde entonces los bombardeos contra infraestructuras energéticas ucranianas, dejando a millones de ucranianos sin luz ni calefacción en pleno invierno.