La historia de un artesano de Colonia del Sacramento que destaca por la confección de réplicas de artefactos portugueses.
En el Barrio Histórico de Colonia del Sacramento, declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad por la Unesco en 1995, conviven decenas de artesanos que esperan expectantes las jornadas cargadas de visitantes extranjeros. Entre ellos, se encuentra el conocido ceramista Ariel Chape, quien se ha destacado por la confección de réplicas de utensilios de uso cotidiano y azulejos de estilo lusitano, que formaron parte sustancial de la cultura portuguesa trasladada a Colonia en 1680.
A lo largo de más de 50 años de trabajo, Chape ha desarrollado una especialización en la reproducción de objetos que se utilizaron en la antigua colonia bajo el dominio portugués. Su trabajo ha sido merecedor de diferentes reconocimientos, entre ellos el Premio Morosoli 2008.
En su taller, ubicado en la zona del Real de San Carlos, Chape camina por las habitaciones, termo y mate en mano, observando y hablando en voz baja, porque “ya tengo 82 años y no me dejan hacer mucha cosa”. Junto a su hija y un equipo de personas con experiencia, Chape ha logrado dar continuidad a su emprendimiento.
Además, este artista se ha destacado por la realización de diversas intervenciones urbanas en esa ciudad mediante la realización de murales, entre otras formas que también desaparecieron en otros lugares.
Tras un tiempo de restricciones impuestas por la pandemia de covid-19, Colonia del Sacramento ha vuelto a recibir millares de turistas de diferentes partes del mundo, revelando un movimiento que hacía tres años que no se veía en esa ciudad. Este cambio desarrollo un crecimiento importante en el flujo de clientes a hoteles, restaurantes y otros comercios, como puestos de venta de artesanos y otro tipo de emprendedores.
En su taller, Chape reflexiona sobre su experiencia de más de medio siglo en el mercado. “Hemos tenido etapas de todo tipo, prósperas, en las que anduvo todo muy bien y se vendía todo lo que se hacía, y otras peleadoras, feas”, como ocurrió “en la pandemia, que fue cruel”. A pesar de las dificultades, el taller de cerámica se mantuvo abierto gracias a su dedicación y la de su equipo de trabajo.
La diversidad y calidad de piezas elaboradas por Chape no solamente distinguen al conjunto cerámico que ofrece Colonia del Sacramento a sus visitantes, sino que también realza el nivel de la producción nacional de esos artefactos.
Este artículo es un extracto de la columna cultural de La Diaria Escrito por: Ignacio Dottien Colonia › Cultura